vitoria. Después de las críticas que le han llovido este verano al Gabinete López por "minusvalorar" los rebrotes de kale borroka que precedieron al alto el fuego anunciado por ETA, el consejero de Interior endureció ayer su discurso para denunciar el ataque que desconocidos cometieron de madrugada contra el Centro Municipal de Empresas ubicado en Júndiz.
El artefacto -compuesto por una bombona de camping gas, líquido inflamable, un cohete pirotécnico y un par de aerosoles- explotó sólo en parte debido a un fallo técnico, lo que evitó que los daños provocados fueran más allá del ennegrecimiento de la fachada de las oficinas municipales. Sin embargo, Ares denunció que se trata del ataque "más importante de los llevados a cabo por los aprendices de terroristas en meses".
"Papel mojado" Ante "un hecho tan grave como éste", el consejero volvió a colgar la pelota del tejado de la izquierda abertzale ilegalizada instándole a refrendar con hechos su apuesta por el uso de vías exclusivamente civiles y democráticas. "En este país estamos hartos de compromisos vacíos, de palabrería barata que ya hemos conocido en épocas anteriores. Hay momentos clave en los que las palabras se tienen que ratificar con decisiones. Si no, se quedan en papel mojado", subrayó, siguiendo un guión que poco después respaldó el portavoz del PSE, José Antonio Pastor. En este sentido, Ares extendió su llamamiento a EA, a la que pidió que sea "coherente con su sólida tradición democrática" y elija entre exigir a sus socios en el polo soberanista que condenen este tipo de acciones, o romper en consecuencia "su estrategia de acción política compartida".
Por su parte, otros partidos como Hamaikabat o UPyD condenaban también este ataque situándolo como un obstáculo incompatible con una apuesta por la paz, mientras PSE, PP, PNV, EB y EA consensuaban su condena en la Junta de Portavoces del Ayuntamiento de Vitoria.