Un total de cinco antimilitaristas de Bilbao, Alberto Estefanía, Mikel de Luis, Julene Eiguren, Jon Joseba Marco y Miguel Angel Martínez, han sido juzgados este jueves por un delito de daños al haber roto con picos y mazos el muro del Gobierno militar de Bilbao. La Fiscalía ha pedido para ellos un total de 23.000 euros de multa, según ha informado el miembro del Movimiento de Objeción de Conciencia, Alberto Estefanía Hurtado.
Tras la celebración del juicio, Estefanía ha explicado que los procesados han sido acusados por "la acción directa no violenta" que el grupo antimilitarista realizó el 14 de febrero de 2009 para conmemorar el 20 aniversario de la insumisión, que se cumplía el 20 de ese mes.
En concreto, Estefanía Hurtado ha señalado que, bajo el lema 'Abajo los muros de los cuarteles', los cinco activistas golpearon con picos y mazos el muro del Gobierno Militar de Bilbao, simulando su demolición, con una de las máximas del ideario antimilitarista: la desaparición de los cuarteles.
El miembro del movimiento, Ander Eiguren, ha indicado que se les ha acusado por haber "picado" un metro cuadrado de muro y ha explicado que, durante la celebración de la vista oral, los enjuiciados han reconocido los hechos porque "lo hicieron y lo volvieran a hacer".
Tras reconocer que los militares tienen que estar "bastante hartos de padecerles en sus acciones directas no violentas en el gobierno militar", Eiguren ha afirmado que, "a través de este tipo de acciones, se traslada un debate a la sociedad sobre la propia existencia de los ejércitos". Además, ha añadido que, su intención, es que desaparezcan "como causa de guerra, miseria y de injusticia social".
En su opinión, este tipo de acciones, que era la tercera vez que se realizaba, simboliza uno de los ideales antimilitaristas, que es "acabar con los cuarteles, el ejercito y las guerras, incluso, en este caso en Bilbao, el gobierno militar, porque recuperar ese espacio para uso civil es una demanda de los vecinos".
En este sentido, ha dicho que los ejércitos en el mundo cumplen el papel de "defender los intereses de los países enriquecidos como se ha visto en la guerra de Irak, Afganistán y Palestina". Por ello, Estefanía Hurtado ha explicado que "la única postura posible del movimiento antimilitarista es seguir desobedeciendo, como viene haciendo estos 21 años, y seguir haciendo acciones no violentas y desobediencia civil para conseguir un mundo sin ejércitos".
Por último, ha manifestado que "su trabajo antimilitarista no parará aquí porque el sentido común les guía en una lucha en la que saben que la paz es el único camino".