vitoria. En el PNV admiten que, tal y como asegura el Gobierno Vasco, cualquier transferencia debe llevar la firma del Ejecutivo autónomo y aprobarse en el seno de la Comisión Mixta, por mucho que los jeltzales negocien las condiciones del traspaso directamente con La Moncloa. Así lo afirmó ayer en una entrevista a Onda Cero el portavoz del PNV en el Congreso, Josu Erkoreka, quien, dada esa realidad, no entiende por qué el PSE y Lakua reivindican su espacio ante los inminentes contactos entre PSOE y PNV.
"Están clamando e invocando una pretendida humillación por parte del Gobierno, y eso nos pone en valor de una manera inusitada", afirmó Erkoreka. Lo cierto es que en las últimas semanas esa estrategia de Lakua, consecuencia directa del bloqueo a las políticas activas de empleo pactado el año pasado entre los jeltzales y La Moncloa y que tanto perjudicó a la imagen del recién nacido Ejecutivo, se ha tornado en un aval cauteloso a las conversaciones.
En cualquier caso, para Erkoreka el PSE "transmite a la opinión pública, que, sea quien sea quien formalmente reciba esa transferencia, el mérito fundamental corresponde al PNV, que es el que la ha gestionado y el que ha conseguido un resultado que no ha sido capaz de conseguir el Gobierno de Patxi López".
Erkoreka sigue a la espera de la llamada del PSOE que confirme o rechace el traspaso las políticas activas según las condiciones de los jeltzales, condición indispensable para sentarse a negociar los Presupuestos Generales del Estado. El portavoz del PNV afirmó que aún está todo "muy verde", y aseguró que no teme por los Presupuestos de las diputaciones si el PNV no respalda a Zapatero en 2011, pues podrían aguantar con una prórroga hasta las elecciones forales.
En ese sentido, el portavoz socialista en las Juntas Generales guipuzcoanas, Julio Astudillo, trató ayer de echar un capote desde Euskadi a Zapatero asegurando que, si no hay acuerdo presupuestario en Madrid, la posición del PSE en las juntas de los tres territorios dará "un giro de 180 grados" y se "elevará a cotas muy altas" el precio de su apoyo a los gobiernos nacionalistas de Álava, Gipuzkoa y Bizkaia.