vitoria. Tanto PNV como PSOE y PSE son conscientes de que el mes de septiembre es clave para el devenir de la política vasca y española a corto y medio plazo. Por ello Lakua apretó el acelerador con el fin de cerrar el traspaso de las políticas activas de empleo antes de que los jeltzales lo sacaran a relucir en la negociación de su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado, y se repitiera el veto del año pasado.

Sin embargo, los jeltzales han adelantado este punto de su agenda imponiendo, como condición para sentarse a negociar, el traspaso de la competencia según su interpretación del acuerdo del Parlamento Vasco, que supone valorarla en 480 millones de euros. El Gobierno Vasco tenía prácticamente cerrado el acuerdo con el Ejecutivo central, por un importe de unos 315 millones, que para los socialistas recoge las condiciones del acuerdo parlamentario.

Según ha podido saber este periódico, ese acuerdo en el seno de la Comisión Mixta de transferencias deberá esperar a que José Luis Rodríguez Zapatero decida si acepta el órdago de inicio del PNV. De no hacerlo, carecerá de apoyos parlamentarios para sacar adelante sus Presupuestos y se verá obligado a convocar elecciones.