Toca una de espías. El MI5 ha creado escuela en la BBC. Las peripecias del servicio secreto británico, ese mundo que la saga de James Bond llenó de glamour en la gran pantalla con los coches de alta cilindrada, las mujeres con curvas de escándalo y la famosa licencia para matar, parece haberse repetido al repasar el modus operandi con el que el periodista de la BBC Clive Myrie consiguió hacerse con el vídeo en el que ETA anunció el "cese de las acciones armadas ofensivas". Eso sí, más que las peripecias del agente secreto 007, lo que el empleado de la cadena británica vivió hasta conseguir la grabación se parece más a las vivencias del Superagente 86. Nada que ver con El mañana nunca muere o Casino Royale.
Después de las especulaciones que la emisión en exclusiva del anuncio de la organización armada en la BBC han despertado en determinados medios, el encargado de lograr este vídeo de indudable valor periodístico repasó ayer en un comunicado colgado en la web de la cadena, y datado en Donostia, cómo se hizo con la cinta. Un periplo que le llevó de Londres a París. Myrie, veterano de la profesión y a sueldo del canal público desde 1996, se reunió en la capital británica con una persona -en ningún momento dice que es de ETA- que le puso en la pista. "No había oído hablar de él durante alrededor de un año, hasta que de repente recibí un e-mail en el que me decía que había estado tratando de encontrarme", subraya Myrie, que tras leer este mensaje se reunión con su fuente fuera de la estación de metro de Covent Garden para tomar un café. Y aquí empezó a gestarse la exclusiva.
El periodista de la BBC señala que su confidente no había cambiado mucho desde su último encuentro. Y en voz baja le espetó: "Tengo algo que contarle. ETA está considerando seriamente la posibilidad de llamar a un cese en su lucha armada por un Estado vasco. Si está interesado, puede darle la noticia al mundo". Un mensaje que sorprendió al propio Myrie, que casi se atraganta al dar un sorbo a su café, según relata en el comunicado, y que le llevó a cuestionar la información. Pero la otra parte fue clara. No era una broma.
"Los nacionalistas vascos están frustrados. La posibilidad de que se cree un Estado vasco independiente es tan remota ahora como lo ha sido en los últimos cincuenta años. El pueblo de Catalunya acaba de conseguir una mayor autonomía de Madrid, y los separatistas de allí no tienen ningún Ejército ni hombres armados. ¿Podría ser que efectivamente ETA esté entorpeciendo la causa del nacionalismo vasco? Después de todo, los políticos de Madrid tenían una excusa lista para no permitir un referendo sobre la independencia. Esa excusa era la violencia de ETA. ¿Y si esa excusa desapareciera?", espetó la garganta profunda al periodista británico, que acto seguido, apurando la consumición, conoció cómo debía proceder en las jornadas venideras.
teléfono "pinchado" Después de dar el visto bueno al ofrecimiento de su fuente, ésta advirtió a Myrie de que debía andar con especial cautela al comunicarse con él porque estaba convencido de que tenía el teléfono intervenido. El periodista de la BBC no podía hablar con su interlocutor, pero sería avisado con tiempo si ETA se pronunciaba sobre un alto el fuego. La grabación de la declaración, según indicó, correría a cargo de la garganta profunda: "Obviamente no puedo confirmarle esto por teléfono, pero si usted recibe un mensaje de texto diciendo "fue bueno verlo en Londres" será la señal para que nos encontremos en unos días en París, fuera de la estación Gare du Nord, a las dos de la tarde, y tendré la cinta".
Así acabó el encuentro en una cafetería de Londres, que poco después se repetiría en la capital francesa. Tal como recordó ayer Myrie, el esperado mensaje por teléfono móvil le llegó unos días después mientras visitaba a su madre. En un primer momento, el texto en clave no sonó al periodista, que, dos horas después cayó en la cuenta. "Dios mío, ¡me tengo que ir a París!", espetó Myrie.
Al día siguiente, ya en la estación Gare du Nord, el periodista de la BBC, después de varios minutos de espera se encontró con la fuente, que le hizo la entrega del vídeo difundido el pasado domingo. Una grabación que a la cadena británica dio tiempo de digerir. Con un despliegue especial y con Clive Myrie entrando en directo desde la playa de la Concha, ETA logró lo que quería: repercusión internacional. Un método que la organización armada ya eligió en octubre de 1998 al remitir otro vídeo a la misma cadena. Y ese mismo año, el canal 2 de la BBC emitió un documental en el que una periodista entrevistó a un dirigente de la banda.