vitoria. Es el encargado de llevar la voz de la coalición catalana a la Comisión de Presupuestos del Congreso de los Diputados. Y el mensaje de Pere Macías es nítido: "Zapatero no es de fiar". Bajo esta premisa, el resto es fácil de adivinar, a pesar de la buena relación que CiU ha sabido exprimir con los Ejecutivos españoles. A un par de meses vista de los comicios catalanes, el histórico partido nacionalista sólo espera que en el ámbito estatal se produzca un adelanto electoral que deje al actual presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, fuera de juego y se complete un cambio en la Moncloa que, de paso, afectaría a su principal adversario en las elecciones autonómicas.

¿Existe algún resquicio para que CiU cambie su postura respecto a los Presupuestos de Zapatero o el rechazo es definitivo?

Llevamos meses avisando de que no vamos a apoyar estos Presupuestos Generales porque consideramos que el Gobierno de Zapatero ha agotado ya su recorrido, por lo que no tiene ningún sentido apoyar el principal debate parlamentario.

¿En qué medida influye en esta decisión la proximidad de las elecciones catalanas?

Hemos sido acusados durante meses de ayudar al Gobierno, de darle aire, de incomprensiblemente en periodo preelectoral apoyar a nuestro principal adversario político en Cataluña, que es el Partido Socialista... Nosotros hemos hecho lo que creíamos que debíamos hacer, más allá del proceso electoral. Hemos apoyado unas medidas del Gobierno que nos han parecido oportunas ante la situación crítica de la economía española, pero también vemos que Zapatero ya no es capaz de resolver múltiples problemas, por lo que hay que mandarle el mensaje de que se vaya. El mismo día que Duran i Lleida le comunicaba que apoyábamos las medidas económicas tan duras, como el recorte del sueldo de funcionarios o la congelación de pensiones, también le decía que se fuera y que convocara elecciones en 2011.

Además de rechazar los Presupuestos, también aconsejan al PNV que lo haga. ¿Da por hecho un acuerdo o cree que los jeltzales seguirán su ejemplo?

No puedo hacer ningún pronóstico, tengo grandes amistades en el PNV, donde saben que Zapatero no es de fiar, pero comprendo que su principal estrategia es la vasca. En cualquier caso, lo que les hemos reiterado es que tanto ellos como nosotros hemos comprobado en múltiples ocasiones cómo son las respuestas el presidente del Gobierno y las garantías que éstas ofrecen.

¿Su desconfianza se basa en el Estatut o hay algo más?

El comportamiento de Zapatero con el Estatut ha sido un cúmulo de despropósitos: promesas que no se han cumplido, el apoyo que prometió para luego dedicarse a no apoyarlo, a no aplicarlo, no defender en el Tribunal Constitucional lo que se había pactado... Ha sido una actuación política de una profunda deslealtad política.

CiU ha demostrado su capacidad negociadora con el Gobierno español, como reflejó la primera etapa de Aznar en la Moncloa. ¿Qué diferencias existen con respecto al momento actual?

Aznar, con el cual nos unen pocas cosas, acabó francamente mal su periodo de mandato y sigue peor ahora que no es presidente. Pero lo que pactamos con Aznar se cumplió, incluso las cosas que no estaban escritas y que se acordaron. Y esto con Zapatero no pasa: estás firmando algo con los ministros y ya se está dando la vuelta para que no lo cumplan. Es un señor que no es de fiar, pero a partir de ahí que cada uno tome sus propias decisiones. No nos vamos a meter a gestionar la política vasca, que bastante tenemos con la catalana. Las opciones que tiene el PSOE para aprobar los Presupuestos es el apoyo poco probable de los grupos de izquierdas y la segunda es reeditar la fórmula del año pasado, con los votos de PNV y CC. Si no se da esta opción, lógicamente no hay presupuestos y el presidente tiene que convocar elecciones. Nuestra voluntad está volcada en que esto sea así y se acuda a las urnas, pero, dicho esto, respetamos la posición que adopten todos los grupos.

Zapatero ha mostrado su disposición a transferir las competencias pendientes que recoge el Estatuto de Autonomía...

(Interrumpe) A mí me parecería muy bien que aquello que el lehendakari Ibarretxe reclamó en tantas ocasiones se cumpliera y los vascos tuvieran las oportunidades que brinda el Estatuto, pero yo estoy aquí haciendo una reflexión en clave de política española y para nosotros lo mejor ahora sería un cambio en el Gobierno.

Le decía que la disposición transmitida por el presidente del Gobierno español ha quedado patente, aunque no sé si ustedes piensan que traducirá sus palabras en hechos si logra aprobar los Presupuestos Generales del Estado.

Todos sabemos la confianza que se puede tener con los compromisos de Zapatero, incluso con los pactos escritos con Zapatero. Lo sabe todo el país y saben que no es de fiar. Hay otra gente que nos gustará más o menos, pero que no engañan a nadie. Zapatero basa su actuación política en el dribling, en el engaño en la táctica a corto... Un día en el Congreso, el presidente del Gobierno contestó, a una pregunta nuestra, que "la mejor mayoría era la que se construye cada día". Esto es una auténtica barbaridad. Las mayorías deben ser sólidas para garantizar una acción coherente del Gobierno.

El lehendakari reivindica su sitio en la negociación entre PSOE y PNV. ¿Cómo se ve esta situación desde fuera de las fronteras vascas?

Es lo mismo que sucede en Cataluña, donde las cosas importantes, como el propio Estatut, se pactaron con CiU y no con el propio Gobierno socialista. La disciplina de ese partido siempre puede más que el defender los derechos de cada nación.

¿Afectaría a la relación que su formación mantiene actualmente con el PNV que este partido apoyase las Cuentas estatales?

Respetamos profundamente las decisiones que toma el PNV, porque nos gusta que también se respeten las nuestras. Pero más allá de eso se pueden mandar mensajes a los que consideramos amigos. Más allá de eso, la decisión que tomen los dirigentes de esta formación no afectará a una relación que estamos convencidos de que seguirá siendo excelente.