madrid. Dos meses antes de lo previsto y tan sólo un día después de que se conociera un nuevo informe policial que vincula directamente a Ricardo Costa, ex secretario general del PP en la Comunidad Valenciana, con la presunta trama de financiación irregular del partido a través del entramado de Gürtel, la Ejecutiva nacional de los populares decidió ayer restituir la militancia del ex delfín de Francisco Camps. La razón esgrimida por los responsables de Génova para perdonar el castigo preventivo impuesto a Costa hace ahora diez meses (la sanción era por un año), es su "buen comportamiento y colaboración", un argumento paradójico si se tiene en cuenta que su suspensión se debió al desacato que supuso no aceptar su relevo forzoso al frente del PPCV (desafió al propio Rajoy).
Quizá para limitar el impacto de esta noticia o para compensar sus implicaciones a nivel interno, la absolución decidida ayer se ha hecho extensiva también al segundo dirigente díscolo expedientado el año pasado: el vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo. El número dos de Ruiz Gallardón fue sancionado por Génova el pasado mes de noviembre al desvelar en una entrevista sus opiniones críticas sobre la gestión de la presidenta madrileña Esperanza Aguirre (entre otras cosas la acusó de estar urdiendo un golpe de estado en el PP para derrocar a Mariano Rajoy y de ser la ideóloga del supuesto sistema de espionaje instaurado en la consejería de Interior para controlar a los cargos del PP). La diferencia es que Cobo, al contrario que Costa, acató sin rechistar su suspensión amén de que el vicealcalde no ha sido acusado formalmente de corrupto por la Policía.
Caminos distintos El pasado 27 de enero se hizo público que los instructores de los expedientes de Costa y Cobo (los diputados Andrés Ayala y José Manuel Velasco, respectivamente) proponían que Costa y Cobo fueran sancionados con un año de suspensión de militancia, revisable a los seis meses. El órgano disciplinario del PP comunicó dos días después a los dos afectados que disponían de quince días hábiles para presentar las alegaciones que consideraran oportunas. El número dos de Alberto Ruiz Gallardón en el Ayuntamiento de Madrid hizo llegar sus alegaciones inmediatamente pero Costa optó por no presentarlas.