madrid. El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, se marcha del Gobierno para asumir el número tres de la lista de José Montilla (PSC) a la Generalitat Catalana. Esperará a que se celebre la huelga del 29 de septiembre, pero después se despedirá de Zapatero para volver a Barcelona. Esto es un hecho, confirmado por el propio Corbacho, pero lo que conlleva, es decir las consecuencias de esta decisión, están aún por ver. De momento desde Moncloa cierran filas y niegan que la huida del ministro de Trabajo sea el preludio de una mayor crisis del actual Gobierno (la tercera en lo que va de legislatura) y desde Cataluña, los contrincantes de Montilla se frotan las manos barajando el eslogan de que el fichaje del "ministro del paro" (en alusión a los históricos índices de desempleo que deja Corbacho) no ayudará al president a repetir en el cargo. En clave nacional, loa oposición también presiona. El PP dice que la marcha de Corbacho demuestra el poco interés del Gobierno por los parados y desde la izquierda se reclama cambios de mayor calado.
A la espera de conocer el nombre de quién sustituirá al ministro saliente, por el momento desde el Gobierno se limitan a tratar de contener los efectos de esta crisis política. Así, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, aseguró ayer que el alcance de la remodelación del Ejecutivo será ése, una única sustitución, la del ministro de Trabajo. "La consecuencia será, en su momento, si se produce, que el presidente proceda al relevo del ministro. Nada más", manifestó ayer en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
despejar dudas Pero las dudas están ahí y aunque sea sólo por cuestiones electorales, el camino que sigue Corbacho lo podrían seguir otros ministros. Es el caso de la titular de Sanidad, Trinidad Jiménez, que también está en la carrera por encabezar las listas del PSOE en Madrid. Quizá por eso, para cortar de raíz cualquier tipo de especulación, De la Vega compareció junto a la propia Jiménez quien dejó claro que no se plantea dejar su cartera a pesar del proceso de primarias en el seno del PSM, en el que compite con su secretario general, Tomás Gómez. "Estoy trabajando, como siempre, en las responsabilidades del Ministerio, que ocupan el principal tiempo de mi vida, su totalidad, y no me he planteado ninguna otra cosa", aseveró.
En una rueda de prensa casi monográfica, la portavoz del Ejecutivo insistió una y otra vez en que, "aunque las "quinielas ministeriales sean un asunto periodístico, el Gobierno no está en eso, sino en trabajar por la recuperación económica". Además, ya en las primeras preguntas advirtió a los periodistas de que ni ella ni Jiménez hablarían en la mesa del Consejo de Ministros, que "pertenece a todos los ciudadanos", de las primarias madrileñas.
La vicepresidenta reconoció que Corbacho "no ha negado" las informaciones que le sitúan en las listas del PSC y consideró "normal" que el partido quiera contar con él, pero emplazó a respetar los tiempos y el proceso de elaboración de listas para las elecciones catalanas. "Si esto se produce el presidente hará la sustitución que considere oportuna", afirmó, "y nada más". Así, no dio pistas sobre si la salida de Corbacho podría dar pie a una reducción de carteras ni de cuándo se producirá el relevo. Y es que las elecciones catalanas no han sido convocadas aún, pero en Moncloa trabajan con la hipótesis de que serán a finales de noviembre, según fuentes gubernamentales.