JRUSALÉN.- "Las negociaciones anteriores han cubierto un largo camino y en ellas llegamos a un punto avanzado, por tanto devolver (el proceso) atrás y comenzar de cero no es posible", dijo Erekat en una rueda de prensa en Ramala en la que abordó la cita del próximo 2 de septiembre para el relanzamiento del proceso de paz de Oriente Medio.
El negociador, que viajará la semana que viene con el presidente Mahmud Abás para participar en la reunión convocada por la Casa Blanca, aseguró que los palestinos "no aceptarán dictados por parte de los israelíes".
Israelíes y palestinos trataron de llegar a un acuerdo de paz entre 1993 y 2000 en el fracasado Proceso de Oslo; en 2001 en Taba (Egipto); y entre finales de 2007 y finales de 2008 en el llamado Proceso de Annapols.
Las partes coincidieron en que en esta última fase lograron avances en varias de las cuestiones cruciales del conflicto, sobre todo la fronteriza, en la que en principio se acordó un intercambio para que los tres grandes bloques de asentamientos fueran anexionados por Israel a cambio de terrenos equivalentes en otros lugares.
Sin embargo, desde que asumió el poder en marzo de 2009, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, insiste en que para él no son relevantes las concesiones hechas por su predecesor, Ehud Olmert, y recuerda que esas conversaciones se basaron en la fórmula de que "nada está acordado hasta que todo lo está".
En la práctica, las negociaciones nunca se han reanudado desde cero, sino que los avances se han ido acumulando en mayor o menor medida.
condiciones Erekat también subrayó ayer, al igual que lo hizo Abás el domingo en una carta enviada a los miembros del Cuarteto de Madrid, que el futuro de las negociaciones con Israel está sujeto a que Netanyahu "no reanude la construcción" en ninguna parte del territorio palestino ocupado desde 1967.
"Israel debe elegir entre el proyecto colonizador y la paz, entre la continuación de la ocupación y la continuación del conflicto árabe-israelí, porque no es posible combinar asentamientos y paz", matizó.
El 26 de septiembre termina el período de diez meses de "congelación" de la construcción en las colonias judías en Cisjordania (que no incluyen Jerusalén Este) adoptada por Israel en noviembre pasado por presiones de EEUU, como parte de los esfuerzos para conseguir negociaciones indirectas entre israelíes y palestinos, las llamadas "conversaciones de proximidad".
Este diálogo indirecto, iniciado en mayo con la mediación del enviado estadounidense George Mitchell, dará paso el 2 de septiembre a negociaciones directas por primera vez desde diciembre de 2008. Consultado por un periodista, Erekat dio a entender que con la excepción de acudir a Washington dentro de diez días las partes no saben aún cómo o dónde proseguirán las negociaciones.
Para los palestinos es importante que este proceso cuente con el mayor apoyo internacional posible y por eso han pedido a Estados Unidos que a la ceremonia de reinicio de las negociaciones sean invitados miembros de distintos países y organizaciones.
"La Autoridad Palestina ha pedido oficialmente al Gobierno de EEUU que invite a cuantos más países mejor", reveló Erekat, quien puso como referencia la masiva asistencia de líderes mundiales a la conferencia de Annapolis en noviembre de 2007.
Según el negociador, China, Turquía, Brasil, Noruega, Qatar y Emiratos Árabes Unidos son países que pueden aportar algo a la solución del conflicto y que deben ser invitadas.
hamás augura otro fracaso El primer ministro de facto de la Franja de Gaza, Ismail Haniyeh, miembro de la milicia Hamás, pronosticó el fracaso de las conversaciones directas que retomarán la Autoridad Palestina y el Gobierno israelí y pidió a los palestinos que confíen en Dios como principal "aliado".
Durante un discurso pronunciado este domingo en una mezquita de la localidad de Jabaliya, Haniyeh reiteró sus críticas a cualquier contacto con Israel, después de que las dos partes implicadas en las negociaciones se hayan citado para el próximo 2 de septiembre. El líder miliciano recordó que este diálogo no devolverá derechos ni lugares de culto a los palestinos, por lo que éstos sólo "deberían confiar en Dios, que será un aliado".
Haniyeh destacó que, hasta ahora, el pueblo palestino se había comportado como un "modelo" para otras "naciones árabes y países islámicos".