Vitoria. El primer periodo de sesiones completo de la legislatura de Patxi López se ha cerrado según los puntos establecidos cuando PSE y PP firmaron el acuerdo de bases. Los 38 votos que suman ambas formaciones les han permitido desarrollar la política que sustenta el cambio anunciado, desde la propia investidura del lehendakari hasta las modificaciones en la ikurriña, la declaración del 25 de octubre como Día de Euskadi o el blindaje de la nueva política en EiTB ante el férreo marcaje del PNV. No obstante, ha habido algún espacio para la transversalidad, e incluso se han logrado sacar adelante iniciativas de calado, no muchas, por unanimidad.

EITB

Blindaje a la gestión de Surio

La gestión de Alberto Surio al frente de la radiotelevisión pública vasca ha sido discutida por los nacionalistas desde el primer día, y de hecho Surio ha pasado muchas en el Parlamento respondiendo a las acusaciones de manipulación de los jeltzales. Juntos, PSE y PP han defendido en la Cámara la emisión por ETB del mensaje navideño del Rey y han anulado la crítica que, a través de mociones y preguntas, ha protagonizado el jeltzale Luke Uribe-Etxebarria a lo largo del curso recién concluido. La salud del pacto se ha manifestado además en el asunto del traslado de la señal de ETB a Navarra. Si bien en un principio todos los grupos coincidían en la necesidad de llevar los canales públicos vascos a los hogares de la Comunidad foral, cuando el Gobierno de Miguel Sanz se negó a poner un solo euro para hacerlo posible, surgieron las divergencias en la Cámara de Gasteiz. Frente a la apuesta de los partidos nacionalistas por correr con todos los gastos si es necesario, el PP rechaza poner el millón de euros que ha bloqueado la situación. Los socialistas tampoco están por la labor.

VíCTIMAS

Sorpresas entre el disenso

Tema delicado donde los haya, la atención a las víctimas del terrorismo ha generado este año todos los disensos entre nacionalistas y constitucionalistas que cabría esperar, pero también ha habido sorpresas. El 22 de diciembre de 2009, todos los grupos aprobaban por unanimidad instar al Gobierno Vasco a que complete el informe sobre las víctimas de grupos policiales descontrolados que actuaron a finales de los setenta y principios de los ochenta. PP y PSE votaron a favor de una iniciativa que dos años atrás consideraban un insulto a los heridos y asesinados por ETA, permitiendo que la iniciativa de Aralar saliera adelante por unanimidad. En el resto de temas de relevancia tratados a lo largo del curso en relación con las víctimas del terrorismo, la convergencia entre bloques brilló por su ausencia. La reelección del Ararteko no fue respaldada por EA y Aralar, cuyos parlamentarios consideran que Íñigo Lamarca se ha ocupado más de los damnificados por ETA que por el resto de víctimas de la violencia política. Sí contó el defensor del pueblo con el apoyo de PSE y PP; y de PNV, UPyD y Ezker Batua. Exactamente el mismo resultado se produjo cuando la Junta de Portavoces decidió subrayar en rojo en el calendario el 10 de noviembre como Día de las Víctimas del terrorismo. De nuevo Aintzane Ezenarro y Jesús Mari Larrazabal rechazaron dar su respaldo a una iniciativa que, a su juicio, suponía un agravio a las víctimas del Batallón Vasco Español o del GAL. La aprobación del Plan de Convivencia y Deslegitimación del Terrorismo, que no había de pasar por el filtro parlamentario, sí generó un dilatado debate entre PSE y PNV que se cerró con un texto en el que no hubo vencedores ni vencidos. La Cámara vasca protagonizó la negociación de un documento definitivo que debía regular la presencia de las víctimas en las aulas. El PSE hubo de encontrar el equilibrio para contentar a un PP que no quería desvirtuar el combativo objetivo inicial del nuevo plan, y las exigencias de un PNV que no quería ver convertido en papel mojado el texto que aprobó en la pasada legislatura. La partida quedó en tablas.

INTERIOR

Acuerdo contra la tortura

Tampoco el de la tortura es un debate fácil en el Parlamento Vasco. Este curso, una vez más, la propuesta de medidas contra presuntos abusos policiales y el cuestionamiento de la incomunicación han generado discusiones muy duras, pero también en este caso la Cámara ha logrado pronunciarse por unanimidad. Lo hizo el 13 de mayo, gracias al trabajo de cocina entre PNV, PSE y EA. Los tras partidos redactaron una enmienda transaccional en la que pedían al Estado que cumpla la Convención contra la Tortura, en unos términos tales que, como dijo el popular Carlos Urquijo, era imposible el voto negativo. Fue un oasis en mitad de un desierto de desencuentros. El otoño estuvo marcado por la iniciativa de Interior de retirar la ikurriña de los uniformes de la Ertzaintza y la E gótica de sus vehículos. La divergencia entre PP, PSE y UPyD, por un lado; y PNV, EA, EB y Aralar, por otro, fue manifiesta e irreparable. A lo largo de todo el curso, Carlos Urquijo ha marcado de cerca la política del Departamento de Interior, ha representado la líneas más inflexibles con la izquierda abertzale y ha dejado claro que las materias que gestiona Rodolfo Ares son un pilar básico del acuerdo de bases en el que los socialistas no deben moverse ni un milímetro sin el visto bueno popular. Hubo acuerdo, en este caso sí, a la hora de condenar los ataques del grupo Falange y Tradición. No hubo unanimidad porque EA, impulsora de la iniciativa original, no admitía que se retirara la palabra impunidad en la transaccional firmada por PSE y UPyD.

INSTITUCIONE S Y AUTOGOBIERNO

Aniversario sin transferencias

La crisis obligó a conmemorar el XXX aniversario del Legislativo vasco de forma austera, una efemérides marcada, para el PNV, por la paralización de las transferencias establecidas en el Estatuto de Gernika. Tanto los jeltzales como incluso el PP han criticado por activa y por pasiva al Ejecutivo del PSE por el retraso en el traspaso de las políticas activas de empleo, uno de los lastres que han debido soportar en solitario los socialistas en un ejercicio en el que el PP ha medido muy bien en qué aspectos apoya sin fisuras y en cuáles disiente sin ambages. La diferencia es que mientras el PP no tiene prisa en llevar a sus últimas consecuencias el autogobierno pactado en 1979, que inspira el Día de Euskadi auspiciado por los firmantes del acuerdo de bases, el PNV ha hecho de las transferencias uno de sus frentes de batalla más habituales frente al Gobierno.

economía

Rodillo tolerado

Pese a sus insalvables diferencias, PNV y PSE optaron por sostenerse mutuamente en el Gobierno Vasco y las diputaciones en beneficio de la estabilidad institucional. Por ello, el PNV se vio forzado a abstenerse en la votación de los Presupuestos de la CAV para 2010. El cuerpo les pedía a los jeltzales el rechazo frontal a las cuentas de López, principalmente por la fría acogida que tuvieron sus enmiendas a las Cuentas de Carlos Aguirre. Toda la oposición coincidió en denunciar el rodillo aplicado, según ellos, por los protagonistas del cambio. El discurso de la transversalidad y la mano tendida del PSE sufrió a así finales de año, en uno de los plenos más importantes del año, su mayor descrédito. El PNV se abstuvo, pero dedicó buena parte del curso a criticar el endeudamiento del Ejecutivo. También se abstuvieron los jeltzales en la votación de los recortes ordenados por Zapatero, y también el PP votó a favor de la propuesta socialista. Sin embargo, en este caso las críticas más furibundas llegaron desde la bancada popular, pero apuntando, siempre, al presidente del Gobierno. Zapatero tiene la culpa de la situación económica y es el rival a batir en apenas dos años, pero milita en el mismo partido que Patxi López, que es lehendakari gracias a Antonio Basagoiti. Por ello, el PP trata desvincular al PSE de un PSOE que, seguro, el próximo año seguirá recibiendo fuego graneado desde el Legislativo vasco.