kabul. Siete soldados de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) murieron entre el domingo y el lunes en Afganistán a causa de ataques insurgentes en diferentes puntos del país, según informó ayer la organización militar dependiente de la OTAN. El suceso más grave tuvo lugar el domingo en el norte de Afganistán, donde cuatro soldados de nacionalidad noruega perdieron la vida por la explosión de una bomba caminera al paso del vehículo en el que patrullaban. La ISAF, que actúa bajo paraguas de EEUU, no determinó el lugar concreto del suceso aunque posteriormente el Gobierno de Noruega explicó que el ataque fue en la provincia de Faryab.

Además de los cuatro noruegos, dos soldados estadounidenses murieron el domingo en una operación conjunta de unos 600 soldados del Ejército afgano y de la ISAF en la provincia de Kunar (noreste), en la que también murieron varios insurgentes, según afirmó el mando de la coalición internacional en otro comunicado. Un tercer militar, de origen británico falleció en el transcurso de la misma operación, elevando a siete el número de bajas occidentales.

Respecto al cómputo global, el número de fallecidos en Afganistán en el presente mes se eleva a 95 con lo que junio se convierte en el peor periodo para la misión de la ISAF en los nueve años de guerra en Afganistán. Hasta el momento, agosto de 2009 tenía este macabro récord con 77 uniformados muertos, pero las cifras de este mes ponen de manifiesto las dificultades de la misión de la OTAN y la fortaleza con la que cuentan los talibán. Asimismo evidencia que el mensaje del destituido general McChrystal a Obama advirtiéndole que estaban perdiendo la guerra, no era erróneo.

La incógnita es si el general David Petraeus, nuevo comandante de la ISAF y considerado como el artífice de la retirada norteamericana de Irak, podrá reconducir la deriva de una misión en la que, en pocas semanas, estarán desplegados más de 150.000 hombres.

Contraofensiva Quizá para aliviar ese cierto sentimiento de derrota, el mando de la ISAF emitía ayer otro comunicado en el que informaba de la muerte de varios supuestos talibanes, entre ellos Shyster Uhstad Khan, el presunto dirigente islamista encargado de la distribución de artefactos en la provincia de Kandahar (al sur del país) tras una operación conjunta de las fuerzas afganas e internacionales. Sin embargo el jefe de la Policía de Kandahar, Mohammad Shah Farooqi, confirmó a Efe que ocho hombres fueron asesinados en la noche del domingo en sus casas en la zona de Bagh-e-Pul, de la ciudad de Kandahar, pero añadió que "no existen pruebas de que los fallecidos fueran talibanes".

Shyster Uhstad Khan, involucrado en la distribución y compra de artefactos explosivos, se hizo cargo según la ISAF de las funciones de su antecesor después de que éste fuera detenido por las fuerzas bajo mando de la OTAN a principios de este año. La ISAF considera que Khan tenía contacto directo con los jefes talibanes en Kabul y que era el encargado de facilitarles los artefactos explosivos que acostumbran a usar en sus acciones.

UN GENERAL para Interior Las noticias conocidas ayer coincidieron con la decisión del Parlamento afgano de aprobar el nombramiento de cinco de los siete nuevos ministros propuestos por el presidente Karzai, entre ellos el general Tayiko Bismilá Khan, ex jefe del Estado Mayor, que asumirá la cartera de Interior, clave en el recién iniciado proceso de diálogo con los grupos insurgentes. Bismilá Khan sustituirá en el cargo a Mohamed Hanif Atmar, quien fue recientemente destituido junto al ex jefe de los servicios secretos, Amrulá Saleh, tras mantener desavenencias con Karzai.