beasain/bilbao. Las reacciones no se hicieron esperar. Después de una semana en el que el acto que ayer celebraron EA y la izquierda abertzale tradicional había despertado todo tipo de rumores y conjeturas, los dirigentes políticos de las diferentes formaciones aprovecharon los actos organizados ayer para mandar algún que otro mensaje a la izquierda ilegalizada. Algunos, como Joseba Egibar, Jesús Eguiguren o Alfredo Pérez Rubalcaba, lo hicieron antes de que concluyera la presentación del Palacio Euskalduna. Otros, como Leopoldo Barreda, José Antonio Pastor o Iñaki Galdos, hicieron una lectura rápida a las agencias, minutos después de que lo que se ha venido a llamar el punto de salida del polo soberanista terminara su puesta en escena.

Para el presidente del GBB, las dos preguntas que planteaba la consulta "prohibida" que pretendía realizar el lehendakari Ibarretxe están de nuevo sobre la mesa. Por un lado, "si se acepta que se pueda dar un proceso dialogado del final de la violencia siempre que ETA manifieste su voluntad de abandonar definitivamente la estrategia violenta" y, por el otro, si se acepta un proceso de negociación por parte de "todos los partidos políticos, sin exclusiones" para acordar el derecho a decidir del pueblo vasco.

Así lo constató Joseba Egibar en un acto celebrado en Beasain, donde dijo que los movimientos políticos que se están generando en Euskadi hacen igual de necesario que entonces responder a estas dos cuestiones, porque la "solución" del conflicto pasa "por el reconocimiento de la existencia del pueblo vasco y del derecho a decidir". El dirigente jeltzale señaló que el hecho de que la izquierda abertzale histórica decida optar "unilateralmente, sin esperar a ETA" por vías exclusivamente políticas y democráticas le "rompe los esquemas" al Estado español. "A Rubalcaba le rompe los esquemas" porque, según indicó, esperaba que previamente se produjera el alto el fuego de la organización armada "para que después ellos puedan determinar y gestionar los tiempos".

En este sentido, consideró que llegan "treinta años tarde, o cuanto menos doce años tarde, desde el pacto de Lizarra-Garazi", pero valoró el gesto de la izquierda ilegalizada, antes de advertir de que si ETA "no se aviene a esa decisión se constituirá en disidencia de la izquierda abertzale".

De la misma manera, con respecto a la ilegalización de Batasuna, criticó que el documento que Jesús Eguiguren envió al lehendakari, Patxi López, reconoce que esta medida ha sido "efectiva", pero que ahora puede resultar "contraproducente". Estas observaciones, suponen para Egibar, el "reconocimiento explícito de que todo obedece a un diseño político", por lo que denunció que "el sacar o meter a 120.000 personas del saco electoral depende del diseño político que tengan" los socialistas y de su estrategia de Estado. "¿Qué democracia es ésa?", se preguntó, para añadir que el límite está en "no enfadar al Estado", que utiliza sus "instrumentos y poderes" cuando se pretende superar "no se qué determinados marcos".

las dos almas socialistas Desde el Partido Socialista, el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el presidente del PSE, Jesús Eguiguren, llevaron sus desavenencias en la lucha antiterrorista a la radio. Ambos coincidieron en antena en la Cadena Ser y, de nuevo, el titular de Interior volvió a desautorizar al político vasco. Según Rubalcaba, en estos momentos la izquierda aber-tzale oficial está en estos momentos "incapacitada casi genéticamente" y muy lejos de convencer a ETA de que abandone la violencia, por lo que consideró que el nuevo escenario que dibujó ayer este movimiento junto a Eusko Alkartasuna está todavía por definir: "Si quieren estar en las instituciones tiene que romper o convencer, y la situación está mucho más verde de lo que tratan de demostrar. Son ellos quienes tienen que dar el paso". Más optimista que su compañero de partido, Eguiguren expresó su seguridad absoluta de que se ha producido "un cambio radical" en la izquierda ilegalizada, que ha concluido -continuó- que su futuro depende de la desaparición de la organización armada. "Han llegado a la conclusión de que es incompatible votos y armas. Eso es un fenómeno absolutamente nuevo porque hasta ahora Batasuna simpatizaba con ETA y se aprovechaba de ETA. Ahora han cambiado ese tema", insistió el presidente de los socialistas vascos, que explicó que por eso su documento "planteaba que nos fuéramos preparando ante esa nueva situación" y que el lehendakari liderara esa fase llamando a los partidos políticos, "hablando con ellos" para determinar "qué hacemos si ocurre esto o qué hacemos si ocurre aquello".

más de lo mismo Desde el PP vasco, Leopoldo Barreda aseguró no apreciar un especial interés por parte de la izquierda ilegalizada de desmarcarse de la organización armada. El portavoz parlamentario de los populares señaló que un acto "que había sembrado tanta expectativas y vaticinios ha quedado, una vez más, en un discurso construido a base de eufemismos y omisiones, y de pura manipulación de un lenguaje además muy manido" con frases como las vías pacíficas y democráticas, que venimos oyendo ya desde hace una década". "Por tanto, los que esperaban palabras y hechos en este acto, se encuentran sin hechos y sin palabras", aseveró.