ginebra. El conflicto interétnico en la república de Kirguizistán ha causado ya 400.000 desplazados internos y refugiados, reveló ayer la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA).
Su portavoz, Elizabeth Byrs, señaló que la OCHA trabaja sobre la base de al menos 300.000 desplazados dentro de Kirguizistán, a los que se suman otras 100.00 personas que han logrado cruzar la frontera con Uzbekistán.
Los que han huido al país vecino en busca de seguridad son generalmente de etnia uzbeka, que supone el 14% de la población total de Kirguizistán y cuya mayoría reside en el suroeste del país, la región sacudida por la ola de violencia que se inició hace seis días.
La OCHA estima que unas 9.000 personas abandonaron el miércoles Kirguizistán y pasaron la frontera hasta Uzbekistán.
La mayoría de los refugiados hasta ahora se concentran en las provincias uzbekas de Andijan, donde se contabilizan hasta a 80.000 desplazados, y en Fergana, con más de 8.500. La ONU coordina y calcula las necesidades que tendrán que cubrir sus distintas agencias humanitarias para lanzar próximamente una petición de fondos de emergencia, confirmó la OCHA. Se calcula que al menos 191 personas han muerto en los enfrentamientos étnicos, según datos oficiales del Ministerio kirguís de Sanidad.
Mientras, el hijo menor del ex presidente kirguís, que llegó el domingo inesperadamente en un avión privado al Reino Unido y cuya extradición reclama Kirguizistán, ha pedido asilo político a las autoridades británicas.
El caso presenta un auténtico problema diplomático para el Gobierno británico, señalaba ayer el diario The Times, según el cual Maxim Bakiyev, de 32 años, a quien el nuevo Gobierno kirguís acusa de corrupción, permanece detenido.
A su llegada al aeródromo de Farnborough, en el condado de Hampshire, el domingo por la noche, Bakiyev fue detenido por la policía fronteriza a requerimiento de la Interpol. Aunque no llevaba encima documentos de viaje, Bakiyev tiene al parecer acceso a dos pasaportes: el normal y el diplomático. El Gobierno británico no ha firmado ningún tratado de extradición con Kirguizistán, lo que no excluye que haya mecanismos que permitan su deportación.