jerusalén. Israel cedió ayer a los llamamientos de la comunidad internacional y anunció la creación de una comisión propia que investigará el abordaje militar a la Flotilla de la Libertad, que se saldó el pasado 31 de mayo con nueve civiles turcos muertos.

Tras rechazar la propuesta de la ONU para el establecimiento de una comisión internacional, el Gobierno de Benjamín Netanyahu ha mantenido un tira y afloja de dos semanas con sus principales aliados en el extranjero que finalizó ayer con el anuncio de la creación de una comisión interna que estará encabezada por el juez retirado del Tribunal Supremo israelí, Jacob Turkel. Ésta tendrá una capacidad investigadora limitada y tiene como objetivo "aclarar" los hechos y no atribuir responsabilidades a los políticos y militares que tomaron las decisiones.

Su mandato será determinar si las acciones del Estado de Israel para impedir la llegada de la flotilla humanitaria a Gaza se realizaron de acuerdo al derecho internacional y, también, pronunciarse sobre la legalidad del bloqueo marítimo que Israel impuso a la franja palestina en 2006 y endureció un año más tarde.

Los miembros de la comisión no podrán interrogar a los soldados que participaron en el abordaje, que tuvo lugar en aguas internacionales, y sólo podrán tomar testimonio al jefe del Estado Mayor, el general Gaby Ashkenazi.

declaración de los soldados Los soldados sí responderán a las preguntas de un grupo de expertos formado por el Ejército para aclarar lo sucedido, a cuyos resúmenes podrá acceder esta comisión.

Aún está por ver si el diseño y el mandato anunciados por Israel para esta comisión investigadora son considerados suficientes por la comunidad internacional, que inmediatamente después del ataque a los barcos condenó los asaltos y exigió el esclarecimiento de los hechos.

El Consejo de la Unión Europea, que trató el tema ayer por la mañana, exigió una investigación "inmediata, completa e imparcial" y demandó que esta incluya "participación internacional creíble".