Bratislava. El presidente de Eslovaquia, Ivan Gasparovic, anunció ayer tras las elecciones legislativas del pasado sábado que encomendará la formación del nuevo gobierno a los socialdemócratas encabezados por Robert Fico, pese a que carecen de apoyos parlamentarios suficientes.
Los cuatro líderes de las formaciones de centroderecha (conservadores, liberales, democristianos y húngaros moderados), que en conjunto suman 79 escaños sobre un total de 150, declararon ayer públicamente que no negociarán con los socialdemócratas. "Encomendaré al vencedor de los comicios la formación del Ejecutivo, ése es el procedimiento. Que consiga formar Gobierno es otra cuestión", dijo en Bratislava el Jefe del Estado. El Partido Socialdemócrata (SMER) fue el claro vencedor de los comicios del sábado, con el 34,79% de los votos, aunque con su socio gubernamental del Partido Nacional Eslovaco (SNS) sólo reúne 71 escaños en el Consejo Nacional.
La decisión anunciada por el máximo dignatario es más una formalidad y una muestra de elegancia democrática tras la clara victoria de Fico, que obtuvo casi 20 puntos de ventaja sobre el segundo partido más votado, la conservadora SDKU.
En las convocatorias electorales de 1998 y 2002 recibió el encargo de formar gobierno el segundo partido más votado: los conservadores del SDK y del SDKU, respectivamente. Pero Gasparovic obtuvo el apoyo socialdemócrata durante las elecciones presidenciales de abril de 2009, en las que revalidó su cargo en una reñida segunda vuelta. Entonces se enfrentó a la conservadora Iveta Radicova, que ahora podría convertirse en la primer mujer que asume el Ejecutivo del país centroeuropeo al frente del bloque de centroderecha.
"Seremos un partido de oposición estable y duro", reconoció ayer Fico, ya que no ve factible lograr un entendimiento con ninguna de las fuerzas de centroderecha.