La Haya. Holanda se encamina hacia una difícil formación de gobierno después de que los liberales de derecha (VVD) lograsen una ajustada victoria sobre los laboristas (PvdA) por un sólo escaño parlamentario en las elecciones legislativas celebradas el miércoles, que confirmaron el auge de la extrema derecha. El empate a 31 votos entre liberales y laboristas que adelantaron los sondeos a pie de urna no se resolvió a favor de los primeros hasta el recuento de más del 90 por ciento de los votos, por lo que el líder de los liberales, Mark Rutte, no se atrevió a proclamar su victoria hasta bien entrada la madrugada.
"Amigos, qué noche tan especial. Y excitante. Parece que por primera vez en nuestra historia el VVD es el partido mayoritario en Holanda", comentó en unas declaraciones recogidas por Radio Netherlands. Finalmente, el baile de escaños tuvo un resultado que ha sido comparado con una emocionante final de fútbol, con un balance de 31 asientos para los liberales de derecha -que ganaron diez- y 30 para los laboristas, que perdieron 3 respecto a los comicios de hace cuatro años.
Los resultados confirmaron también el auge del partido del antimusulmán Geert Wilders, el cual, lejos de los 15 escaños que le atribuían los sondeos, acumuló al final 24 asientos, confirmándose así el ascenso de la extrema derecha que ya se perfilaba en las elecciones locales del pasado marzo. Con quince escaños más que en los comicios anteriores, Wilders no tardó en proclamarse "el vencedor real" de las elecciones, a la vez que reclamaba poder entrar en el gobierno para hacer justicia a los electores, que lo situaron como tercera fuerza política del país.
"Les digo a los recién electos diputados de nuestro hermoso partido, traed vuestros arietes con vosotros, porque a partir de mañana vamos a darles el infierno", enfatizó Wilders, en referencia a la estrategia que va a preparar su formación política. Además, mostró su confianza en poder gobernar y declaró que los partidos más votados "no pueden esquivarnos o dejarnos aparte".
Los otros vencedores También estuvieron de la parte de los vencedores los liberales de izquierda (D66), que aumentaron siete asientos respecto a los comicios anteriores de 2006, acumulando diez escaños e igualando al partido de los vedes (GroenLinks), que ganaron tres. La euforia de esas formaciones contrastó con la profunda decepción de los democristianos (CDA), que tras ocho años al mando del Ejecutivo holandés fueron los grandes derrotados de la jornada electoral del miércoles. La caída en picado del CDA -que con sólo 21 escaños redujo a la mitad los 41 que tenía- provocó la dimisión inmediata y el anuncio de que abandonará la política por parte de su líder, el primer ministro saliente, Jan Peter Balkenende, lo que ya se atisbaba durante la campaña. Para Balkenende, los resultados fueron "muy, muy decepcionantes", según indicó ante los medios.
La fragmentación de la nueva Cámara -como se aprecia en el hecho de que el partido más votado haya obtenido solamente 31 asientos- y su dispersión hacen difícil la formación de una coalición de gobierno estable.