bilbao. Primer intento baldío. El encuentro celebrado ayer entre representantes de las dos corrientes en pugna en el seno de Ezker Batua terminó sin ningún acuerdo. Lo único que trascendió de dicha reunión es que la misma tendrá continuidad, según fuentes oficiales del partido hoy mismo. "Vamos a seguir hablando hasta que se cierre un acuerdo o quede claro que el mismo no es posible", señalaron a este medio fuentes conocedoras de las conversaciones.

Esta dilatación en el tiempo refleja bien a las claras lo complejo de la situación actual de un partido que se encuentra virtualmente partido por la mitad. Dos sensibilidades opuestas que defienden cada una una dirección del partido y un Consejo Político diferentes. Los motivos de fricción: los diferentes puntos de vista respecto al mantenimiento de la soberanía de EB o un mayor acercamiento a IU, y la sustitución de nueve miembros del Consejo que llevaron a cabo el pasado 21 de mayo los representantes de EB-Irekia, los llamados madracistas.

Ni positivo ni negativo. Ni bueno ni malo. Ni frío ni calor. El mutismo respecto al desarrollo y el contenido del encuentro celebrado ayer fue absoluto. Un pacto de silencio que contrasta poderosamente con el importante espacio que la lucha fraticida en el seno de EB ha ocupado en los medios de comunicación en las últimas semanas.

Sólo se conoce que la reunión comenzó a las 16.30 horas en la sede central de EB en Bilbao, y que en la misma participaron tan sólo dos personas. Por un lado, el coordinador general de la formación, Mikel Arana, que a sus propios apoyos suma los del EPK y la corriente crítica EPA. Por el otro, el concejal en Amorebieta y secretario de Política Social y Salud en EB Vicente Silva, que se ha erigido en cabeza visible de los partidarios de las tesis de Javier Madrazo. La cita se prolongó hasta bien entrada la tarde y continuará en una o varias reuniones. "No queremos dilatar esta situación en demasía", fue una de las pocas opiniones que pudo recoger este periódico de personas implicadas en el proceso. La cercanía de las elecciones municipales pesa sin duda en el ánimo de los afectados.

Pese a los múltiples llamamientos a un acuerdo que se han llevado a cabo desde ambas partes para evitar la desaparición del partido, las condiciones para lograr una solución, aunque fuera "de mínimos", no eran las más idóneas de cara al acercamiento de ayer. Mikel Arana calificó el pasado viernes de "innegociable" la inclusión en el Consejo Político de los nueve expulsados. Por su parte, los integrantes de EB-Irekia enarbolan lo expresado en la séptima Asamblea del partido, que apostó por mantener su carácter autónomo y señas de identidad. Sólo si alguna de las partes cede en algo su postura se podrá llegar siquiera a un acercamiento. La solución, en los próximos días.

Mientras este primer cara a cara tenía lugar, los comunistas del EPK, la corriente predominante en la nueva dirección de EB que Mikel Arana presentó el pasado miércoles, llevaron a cabo su propia medida de presión con la emisión de un comunicado en el que se reafirmaban en todas sus tesis, incluyendo "profundizar la relación y coordinación con IU".

Los miembros de la sensibilidad dirigida por Isabel Salud en Euskadi apelaron a los acuerdos adoptados en la Convención Política del pasado 13 de febrero y así abogaron por dar por concluida la etapa de alianzas del partido con "el nacionalismo vasco conservador, cuya máxima expresión fue su participación en el Gobierno Vasco".