Berlín. El candidato de Angela Merkel a la presidencia de Alemania, el primer ministro de Baja Sajonia Christian Wulff, no tiene asegurada una mayoría en la Asamblea Federal debido a las simpatías que despierta en las filas de la coalición de gobierno el candidato de la oposición Joachim Gauck.
Viejo luchador por los derechos de la oposición en la extinta RDA, Gauck se hizo celebre tras la reunificación por su trabajo al frente de la oficina encargada de administrar las actas de la temida STASI. Eso hace que sea respetado y admirado por todo el país, salvó por el Partido de la Izquierda que tiene dirigentes a los que el trabajo de Gauck ha puesto bajo sospecha de haber trabajado para los servicios secretos de la RDA.
Normalmente, la elección del presidente alemán para funciones meramente representativas, es poco más de una cuestión de trámite y el sector que tiene una mayoría en la asamblea federal suele imponer sin problemas su candidato. Así ha ocurrido en las últimas elecciones y se esperaba que sucediese ahora. Sin embargo, la sorprendente designación de Gauck como candidato de la oposición ha hecho que los pronósticos empiecen a tambalearse.
Dentro del Partido Liberal (FDP), socio minoritario de la coalición de gobierno, hay, ante todo el este del país, una especie de conato de rebelión contra la candidatura de Wulff. En Sajonia, Sajonia Anhalt y Turingia las cúpulas de la RDA se han reservado el derecho de decidir soberanamente por quien votarán en la asamblea federal el 30 de junio y algunos dirigentes han expresado abiertaente sus simpatías por Gauck.
Incluso dentro de la Unión Cristianodemócrata (CDU), ha habido quien se ha lamentado de que no haya existido acuerdo para presentar a Gauck conjuntamente como candidato.