vitoria. El orden del día del Pleno celebrado ayer en el Parlamento Vasco brindó la oportunidad de ver resumido en una sola jornada cuál es el estado de la política vasca y española en este ya mediado año 2010. Corren tiempos de agrio enfrentamiento en el Estado entre PSOE y PP, y el caso Garzón es uno de los frentes en los que los odios son más atávicos entre las derechas y las izquierdas españolas.
Pero Euskadi es diferente. Aquí el nacionalismo ha unido a socialistas y populares en un frente común que resiste impasible al combate de la Carrera de San Jerónimo, incluso aunque éste se traslade al Legislativo vasco entre punto y punto relativo a ETA. Y cuando se habla del tema en el Parlamento, esa división en bloques alcanza el clímax, a nada que el guión se salga de los consensos establecidos. La desaparición y muerte de Jon Anza, y la forma de trabajar de la Audiencia Nacional no entran en esos supuestos de unanimidad parlamentaria.
Comenzó la sesión con la petición del PNV, a la que se sumó el portavoz de EA, Jesus Mari Larrazabal, de que se transfieran ya a Euskadi las infraestructuras y servicios de ferrocarril pendientes. PSE y PP sustituyeron las exigencias nacionalistas por el ya clásico "que se siga trabajando" en la consecución de esos objetivos, mediante enmienda de totalidad, y tumbaron la iniciativa.
A continuación, la entente entre socialistas y populares se deshizo para entrar a un debate, el del juicio a Garzón, que culminó con tres iniciativas votadas y ninguna aprobada, y la sensación de que el nacionalismo vasco contempla el proceso al juez estrella como si fuera una película; con interés, pero sin ninguna implicación partidaria.
Mientras el socialista Mikel Unzalu pedía que "el franquismo no meta un gol a nuestra democracia" y lamentaba la reaparición como agente político activo, en plena Europa del siglo XXI, de la Falange Española, el popular Leopoldo Barreda rememoraba eslóganes de los setenta y llamaba a "mirar al futuro sin ira". De paso, acusaba al PSOE de querer tapar con este tema sus problemas internos, y pedía respeto a las decisiones de los jueces, "nos gusten o no".
Para el jeltzale Iñigo Iturrate, también el PP ha encontrado la manera de ocultar sus problemas, en este caso la trama Gürtel, tras la sombra de ese juez que a nadie deja indiferente. Tampoco al PNV, pese a que Iturrate ayer, desde la barrera, asistió a "una corrida entre dos matadores, un mano a mano entre el Partido Socialista y el Partido Popular".
Sin embargo, el enfrentamiento entre los socios no tuvo mayores consecuencias. Es más, para el jeltzale Andoni Ortuzar, era "la escenificación de discrepancias pactadas a medida entre el PSE y el PP, que como son una parejita bien avenida siempre las superan, es una leve ráfaga de viento que agita las palmeras del oasis vasco". Con este sarcástico comentario ilustraba Ortuzar su visión del voto común entre PSE y PP para pedir a Venezuela que colabore en la lucha contra ETA.
Ahora que populares y socialistas volvían de la mano al escenario vasco, el resto del arco parlamentario unía sus fuerzas para dejarles solos en la votación de una transaccional edulcorada con respecto a la propuesta original del popular Carlos Urquijo, pero que mentaba al juez Velasco, el que pidió el procesamiento de un presunto miembro de ETA con cargo político en la República Bolivariana. PNV, EB, Aralar y EA oponían sus fuerzas a PSE, PP y UPyD apelando al cuidado de las relaciones diplomáticas con terceros países o a los tratados de extradición vigentes y no utilizados en este caso.
Lo cierto es que ni unos ni otros estaban incómodos en la postura que adoptaron, como no lo estaban tampoco en el debate, suscitado por la portavoz de Aralar, Aintzane Ezenarro, para que se abra una investigación independiente sobre la muerte en circunstancias aún no aclaradas del militante de ETA Jon Anza. EA se sumó a una transaccional sobre una cuestión de esas en las que no cabe la abstención. Al margen de las circunstancias en las que en realidad estuviera envuelta la muerte de Anza, la política de bloques tiene en este tipo de asuntos su máxima expresión. Urquijo declaró que "ha vuelto el PNV de Lizarra", ante las dudas que asaltan a los jeltzales, y al resto de partidos nacionalistas, sobre los sucesos de Toulouse.
TXUS DÍEZ
CRÓNICA PARLAMENTARIA