BRUSELAS. El rey Alberto II de Bélgica sigue sin desvelar si aceptará o no la dimisión presentada el jueves por el primer ministro, el democristiano Yves Leterme, y continuará la ronda de contactos con líderes políticos de las comunidades flamenca y valona durante el fin de semana, en un intento por aliviar las diferencias y evitar una nueva crisis del frágil Gobierno de coalición.

Los liberales flamencos (Open VLD), uno de los cinco partidos del Ejecutivo federal, forzaron la dimisión el jueves de Leterme al abandonar la coalición por "falta de confianza" y dar un ultimátum para que esa misma tarde se votara en el Parlamento belga la escisión de un distrito electoral de las afueras de Bruselas.

Las tensiones entre francófonos y neerlandófonos por los derechos lingüísticos de Bruselas-Halle-Vilvoorde (BHV) es una disputa no resuelta desde hace décadas, y los partidos valones rechazaron de plano votar esta cuestión y exigieron más tiempo para negociar.

Así las cosas, durante estos dos días el rey ha recibido en el castillo de Laeken a los representantes de los cinco partidos en el Gobierno, además de los de las formaciones ecologistas flamenca y valona y a la presidenta de los socialistas flamencos (Sp.A). El monarca seguirá las consultas durante el fin de semana.

En un comunicado emitido el jueves tras recibir la dimisión de Leterme, el rey Alberto II dijo que dejaba su decisión "en suspenso" y destacó "cuán inoportuna" sería una nueva crisis de Gobierno en términos económicos y sociales, además del daño al país a nivel europeo a sólo dos meses de asumir la presidencia rotatoria de la Unión Europea de manos de España.