Madrid. La determinación de los socialistas catalanes, por orden del president Montilla, de forzar a Zapatero y al PSOE a que se renueve el plenario del Tribunal Constitucional (cuatro de sus miembros están en funciones) para así desbloquear una sentencia definitiva sobre el Estatut, podría desembocar en una ruptura en el seno del Grupo Socialista si tal cuestión llega al Congreso de los Diputados.
Así lo dio a entender ayer el coordinador de los diputados y senadores del PSC, Francesc Vallès, quien no descartó la posibilidad de desmarcarse del PSOE y hacer un frente común con el resto de diputados catalanes si el PSOE rechaza renovar a los magistrados del TC.
Y esa es, previsiblemente, la intención de los socialistas a tenor de lo escuchado ayer en el Congreso. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, admitió que la renovación del Constitucional es "urgente, pero tanto como lo era hace un mes o lo será dentro de dos meses" y, además, avisó de que mientras la renovación no se lleve a cabo, el tribunal tiene "plena legitimidad" para dictar sentencia sobre el Estatut. El jefe del Ejecutivo llamó a todos los grupos a "extremar la responsabilidad" y a seguir trabajando por la renovación del alto tribunal, pero destacó el "gran papel" del Constitucional en la democracia, en especial para el desarrollo del sistema autonómico. Además, restó importancia al hecho de que no haya sentencia tras cuatro intentos, recordando que también en la negociación política del Estatut "de gran trascendencia política y jurídica hubo seguramente más de cuatro intentos de acuerdo". Frente a este discurso los diputados del PSC, siguiendo el mandato de Montilla, recalcaron que el TC está incumpliendo la Constitución al no respetar el mandato de sus miembros y que puede darse la "gran paradoja", de que un órgano "en situación de aconstitucionalidad" desautorice el Estatuto que el pueblo catalán aprobó en referéndum".