poco sabemos de Sonsoles Espinosa. No concede entrevistas, no opina de política y apenas acude a actos públicos, tan sólo a aquellos en los que su presencia es imprescindible, eso sí, sólo por cuestión de imagen.

Al cumplirse seis años de mandato de su esposo, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, la revista Vanity Fair ha sorprendido con un retrato suyo elaborado a través de las declaraciones de su círculo más íntimo.

El síndrome de la Moncloa, que parece estar haciendo ya mella en Zapatero, que gobierna cada vez más en solitario y trata a la mayoría de sus ministros como meros secretarios, parece que también ha atrapado, pero de otra forma, a Sonsoles. Pese al lujo que le rodea, parece que no se encuentra cómoda. Y eso que, cuando hizo del palacio su primera residencia, realizó sobre él la reforma más radical y novedosa nunca llevada a cabo antes por ninguno de sus anteriores inquilinos.

Poco conforme con el aspecto de las estancias, consultó a conocidos interioristas y arquitectos que recomendaron sustituir casi por completo el mobiliario antiguo, a excepción del de valor histórico o artístico, por modernos muebles de diseño actual.

Ni Adolfo Suárez, ni Leopoldo Calvo Sotelo, ni Felipe González hicieron reformas de gran calado. José María Aznar hizo obras en la segunda planta del palacio y mandó construir una pista de pádel en los jardines. Para entender mejor a Sonsoles basta con escuchar a su antecesora. Ana Botella, que supervisó algunos trabajos en el palacete, sentenció que, pese a todo, La Moncloa "es inhabitable para una familia normal".

reservada Y puede ser por ello que Sonsoles no se encuentra bien. Se siente en Madrid como en "una sartén hirviendo". Es una persona muy celosa de su privacidad y muestra muy poco interés por su protagonismo político. No le divierte la Moncloa ni le interesa la política y le espanta que la reconozcan por la calle.

La vida de Sonsoles incluye su preparación como cantante, estudia inglés y lleva la logística y la enseñanza de sus hijas (Alba, de 18 años, y Laura, de 15), que estudian en el instituto público San Isidoro de Sevilla, donde también cursaron sus estudios los hijos de Felipe González.

De participar en política, ni pensarlo. Sus amigos más íntimos aseguran que no va a seguir los pasos de sus inmediatas antecesoras, Ana Botella y Carmen Romero, que dieron el salto a la política al terminar el mandato de sus maridos. La esposa de Aznar es actualmente teniente de alcalde y concejala de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid. Por su parte, la ya ex mujer de González fue diputada del PSOE por Cádiz durante tres legislaturas y actualmente es eurodiputada.

Frente a este protagonismo, por no hacerse notar, Sonsoles ni siquiera aparece en la biografía de la web oficial del presidente, que indica "casado, con dos hijas".

La señora presidenta, que no primera dama (para Espinosa sólo lo es la Reina y luego la princesa de Asturias), además, no va a ser impedimento para que ZP sea candidato del PSOE a la Presidencia del Gobierno por tercera vez. Se acallan así los rumores, filtrados hace unas semanas, de que influirá en la decisión de su marido de cara a las generales de 2012. Según su entorno, Sonsoles es respetuosa, consciente y solidaria con lo que Zapatero decida. Le gustaría volver a León, pero no lo hará, eso sí, parece que con bastante poca resignación, hasta que su esposo lo decida.

Dentro de la otra familia de ZP, la familia socialista, tal vez haya algunas voces dispuestas a echar una mano a Sonsoles, ya que hay quien no duda en desaconsejar su candidatura por sus desavenencias con la actuación del actual Gobierno y de su presidente.

escapadas El periodista y crítico musical de León, Miguel Ángel Nepomuceno, y su esposa Lola, quien conoce a Sonsoles desde que hicieron la carrera de Derecho juntas, explica que siempre que necesita un remanso de paz se escapa a León a tomar un café con sus íntimos. "Añora la tranquilidad de la vida en provincias y estar con los suyos. En Madrid se siente como en una sartén hirviendo", afirman en Vanity Fair.

La diseñadora Elena Benaroch, quien afirma que a la esposa del presidente sólo se la ve relajada cuando viaja de forma anónima, por ejemplo cuando lo hace como miembro del coro de la Capilla Real de Madrid. "Adora caminar por los bulevares de París, incluso se siente más libre en Barcelona que en la capital". "Sonsoles no está en su sitio y busca el suyo. En Madrid se siente enjaulada porque es muy celosa de su intimidad. La vida que hace es muy doméstica. Al margen del coro, sus hijas, sus paseos y la piscina, no hace vida social. No le divierte La Moncloa. Ni le interesa. Por eso le espanta que la reconozcan por la calle", expone la diseñadora.

modelo de comportamiento La también amiga y directora del departamento de Educación y Cultura del Gabinete de Presidencia, Marifé Santiago, señala que la actitud de Sonsoles refleja que la democracia "va madurando" porque permite "elegir" a sus ciudadanos. "Está creando un modelo de comportamiento en el que ella no abandona su profesión por la de su marido", explica y considera que las mujeres "deberían estar orgullosas de su actitud".

Sobre lo que se dice en el PSOE de que Sonsoles Espinosa quiere volver a la tranquilidad de la vida de provincias, Santiago afirma que Sonsoles "sabe que su sitio está en Madrid con su marido. Y, por supuesto, no tiene la llave de la reelección de Zapatero, como se ha dicho". "¡Qué topicazo, por Dios! Ella es una mujer sensata y sabe dónde está y cuándo tiene que asistir a un acto", exclama.

El sacerdote que casó a Sonsoles Espinosa y a José Luis Rodríguez Zapatero, Samuel Rubio, es además su "mentor en la música" y la define como una "mujer constante y disciplinada" además de "muy cabal y poco constestaria". Afirma que ahora es "más rebelde que de estudiante", pero precisa que sigue siendo una persona "sencilla y cercana".

Samuel Rubio explica que Sonsoles se "implica mucho con temas relacionados con la cultura y no olvida su ciudad". "Sonsoles, desde la sombra y con la discreción que la caracteriza, consigue que se hagan realidad ciertas cosas, como que la Catedral de León tenga un órgano nuevo", relata.

El sacerdote no quiere dejar pasar por alto que lo que peor le sienta a Sonsoles es que "sus enemigos han usado a sus hijas para cargar contra ellos". Se refiere especialmente a la imagen que se tomó durante la visita de la familia Rodríguez Zapatero en Washington. "Quizás tendrían que haber consultado a sus asesores de estilo para vestir a las chiquillas", matiza Samuel Rubio.