Vitoria. El presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, salió ayer al corte de las críticas que viene recibiendo el Gobierno Vasco por la reformulación que pretende acometer sobre el Plan de Educación para la Paz. Y siguiendo la máxima deportiva que dice que la mejor defensa es un buen ataque, arremetió contra las dos formaciones que más peros están poniendo al itinerario por el que el Gabinete López está haciendo transitar los primeros pasos de esta reforma: PNV y Aralar.

Para el dirigente popular, la razón de sus críticas está clara: "les fastidia mucho que desde abajo se aprenda el dolor del terrorismo" porque eso les deja "en muy mala situación", ya que, a su juicio, evidencia cómo "dificultan" el avance de cualquier proyecto que busque "que se siembre la paz y la libertad" en Euskadi.

El PP vasco intenta desde hace semanas tender puentes con el PNV, y quizá por eso, Basagoiti trató inmediatamente de equilibrar su arreón inicial precisando que no duda de la voluntad de Aralar y PNV de que haya paz. Sin embargo, a continuación, no pudo evitar volver a sembrar dudas sobre el compromiso que los abertzales tienen para con estos asuntos al asegurar que de lo que sí duda es de que quieran "coger el toro por los cuernos" para "erradicar la fanatización ideológica de los adolescentes".

cuchillo de doble filo Precisamente esa ideologización, ese tinte político que puede recaer sobre la enseñanza de los escolares, es un argumento que se está comportando como un cuchillo de doble filo. Así, mientras los defensores de este nuevo plan han hecho bandera en numerosas ocasiones del uso político que los gobiernos nacionalistas han hecho de las escuelas, precisamente los principales críticos de esta reformulación vienen advirtiendo del riesgo de "adoctrinamiento" en que ésta puede incurrir.

Ayer, el presidente del PNV en Bizkaia, Andoni Ortuzar, pidió exactamente eso: que no se use esta herramienta pensada para educar en valores de paz "como arma revanchista" ni para ideologizar las aulas.

El burukide vizcaíno ligó estas dos advertencias con el elemento más novedoso que alimenta la reforma de Lakua: la necesidad de que las víctimas estén presentes en los colegios.

El PNV, subrayó en ETB, no rechaza a priori esa idea, pero siempre que no se pierda de vista que "la prioridad fundamental" del Plan no debe ser "resarcir" a la víctimas, "que se puede hacer por otros medios", sino educar a los niños "para que no recurran al uso de la violencia". Así, abogó por que este asunto se lleve adelante buscando un "consenso máximo" que haga posible combinar el correcto trato a las víctimas y la correcta educación de los alumnos, si bien a continuación apuntó que lograrlo será una tarea difícil ya que el PP está usando su "llave" parlamentaria para "apretar las clavijas" de los socialistas llevándoles en este tema "probablemente más lejos de lo que al propio PSE le gustaría ir".