zaragoza/madrid. El ministro de Fomento y vicesecretario general del PSOE, José Blanco, dijo ayer que la petición al PP para que se avenga a participar en un gran pacto de Estado contra la crisis y por el empleo no significa que se le pida que "deje de defender sus ideas", sino que sea capaz de integrarlas en un proyecto colectivo.
En un acto organizado por los socialistas de Zaragoza, en el que estuvo acompañado por el presidente aragonés y secretario general de los socialistas en la comunidad, Marcelino Iglesias, el ministro reiteró en varias ocasiones su petición al PP para que se integre en ese gran pacto político con el objetivo de consensuar medidas para salir de la crisis económica y volver a crear empleo. "Vengo con la intención de no hablar de Mariano Rajoy, que dice que hablo demasiado de él, y no lo voy a hacer para no darle ni una excusa para que no participe en el acuerdo", indicó.
Pero el desafío, agregó, es que todos los partidos políticos sean capaces de "aunar voluntades y sumar esfuerzos por el interés colectivo de los ciudadanos" y, por eso, como Blanco está "seguro" de que en el PP "tienen oídos" y "no están sordos", se mostró convencido de que al final "lo entenderán" y participarán en este "gran acuerdo de país".
creación de empleo Entre los contenidos de ese pacto detalló que la gran prioridad es la creación de empleo, algo que se conseguirá si se apuesta por sectores que generan mayor intensidad de mano de obra, se facilita el crédito a las familias y a las empresas, se incentiva la innovación y la formación, se hace un esfuerzo de austeridad en las cuentas públicas y, sobre todo, se renueva el modelo productivo. "Hay un amplio camino de oportunidades", insistió, para recalcar que estos objetivos son "de país" y "sin color político" y, por eso, volvió a apelar a la responsabilidad del PP, a quien emplazó a que "proponga, concierte y acuerde". También dijo que "no es tiempo de restar, sino de sumar, no es tiempo de reproches, sino de acuerdos" porque en este momento "sólo hay una camiseta, la de España; sólo hay un oponente, la crisis, y sólo un objetivo, la recuperación de empleo", y para conseguirlo hay que hacer una cosa: "remangarse y ponerse a trabajar".
Mostró su optimismo y su confianza en un país que es "fuerte, capaz, serio y solvente", y confió en que es posible "darle la vuelta a la situación".
Además, se refirió al futuro de las pensiones y, aunque no hizo referencia expresa a la posibilidad de retrasar la edad de la jubilaión, dijo que el Gobierno de España y el PSOE quieren unas pensiones "cada vez mejores, con futuro y para todos, dignas y mejoradas".
Blanco también puso en valor el trabajo del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, las políticas de estímulo como el Plan E, el rescate para evitar la quiebra del sistema financiero y la inversión en infraestructuras, que asciende a 30.000 millones de euros, el doble de lo que invertía el PP en 2004, recordó.
Por su parte, la vicepresidenta segunda y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, pidió ayer al PP que deje fuera de le negociación las "luchas partidistas", que "piense en lo que el país necesita" y que decida "si finalmente quiere colaborar para que la recuperación económica sea creadora de empleo o si quiere quedarse al margen".
Salgado criticó además las manifestaciones del portavoz económico del PP, Cristóbal Montoro, tras la primera reunión de la comisión negociadora porque "parecen alejar la posibilidad del acuerdo", aunque resaltó, con bastante optimismo, que el Gobierno insistirá en la posibilidad de que el PP se sume al consenso.