kabul. Los talibanes afganos volvieron a demostrar ayer que cuentan con capacidad para atacar Kabul, con un doble ataque suicida y un tiroteo que causaron la muerte de 17 personas, la mayoría de ellas extranjeras, y heridas a una treintena.

Las víctimas foráneas son nueve indios (varios de ellos, funcionarios), un diplomático italiano y un francés, el cineasta Séverin Blanchet, de 66 años, colaborador desde hace varios años de un programa de formación de jóvenes realizadores afganos que se hallaba de paso por Kabul.

El ataque fue perpetrado por un comando insurgente equipado con armas y chalecos explosivos, según un portavoz insurgente, y comenzó a las 6.30 de la mañana (2.00 GMT) en la céntrica la plaza Ansari, donde hay varios hoteles.

Dos de los atacantes se hicieron estallar, uno frente al hotel Park Residence y otro ante una casa de huéspedes que era arrendada por la embajada de la India para alojar a visitantes de ese país.

"Estaba durmiendo, tuvo lugar una explosión y el techo de mi habitación de derrumbó", relató un doctor indio que resultó herido en el atentado.

Los atacantes, según el jefe del departamento de Investigación Policial de Kabul, Abdul Ghafar Sayedzada, lograron entrar tanto en el hotel como en el vecino centro comercial Kabul City Center, hasta que fueron finalmente abatidos por la Policía.

Cinco insurgentes -dos de ellos suicidas- murieron durante la acción, dijo la fuente, quien detalló que 33 personas resultaron heridas y que entre las víctimas mortales hay tres policías afganos.

El portavoz insurgente Zabiulah Muyahid declaró: "Hemos demostrado que con ayuda del todopoderoso Alá podemos llevar a cabo ataques en cualquier lugar y situación. Los talibanes llevarán a cabo más ataques así en el futuro". El atentado fue condenado por el presidente afgano, Hamid Karzai, quien lo atribuyó a "enemigos del Islam y el pueblo afgano, que se quemarán en el fuego del infierno", y ordenó la apertura de una investigación.

Ésta ha sido la segunda gran acción terrorista perpetrada por los talibanes desde el comienzo de 2010 en Kabul, una ciudad que en los últimos dos años ha sido escenario de frecuentes atentados suicidas y ataques con proyectiles contra edificios importantes.

El pasado 18 de enero, 12 personas murieron en el transcurso de una acción de comandos talibanes contra un centro comercial y varios edificios oficiales adyacentes, el mismo día que los miembros del nuevo Gobierno afgano juraban sus cargos.

Y tampoco es la primera vez que atacan alojamientos hoteleros: en octubre de 2009, otro grupo de insurgentes acabó con la vida de cinco empleados de la ONU en un ataque contra dos casas de huéspedes, que llevó a la organización a evacuar a buena parte de su personal en Afganistán.

Ayer, los insurgentes eligieron un enclave comercial donde se encuentran varias casas de huéspedes populares entre los visitantes extranjeros y muy protegido, en una ciudad que cuenta en general con una masiva presencia de las fuerzas de seguridad y guardias privados.

No está claro cuál era el objetivo principal de los talibanes en esta ocasión, pero la embajada india en el país ya había sufrido dos atentados en los últimos años.

El Ministerio indio de Exteriores recordó esos ataques y asumió que el de ayer es el "tercero contra funcionarios e intereses" de la India en Afganistán, y "obra de aquellos que están desesperados por minar la amistad" entre los dos países.

El Park Residence ya había sido objeto en 2005 de un atentado suicida contra su cibercafé, que llevó a los propietarios a reforzar las medidas de seguridad.