madrid. Todos los grupos del Congreso, salvo el PP, están dispuestos a llegar a un pacto, pero ponen condiciones: la primera es que sea en torno a medidas concretas; la segunda, que se tengan en cuenta sus opiniones. También advierten que no darán "cheques en blanco" y que se levantarán de la mesa de negociación si perciben que sólo se les quiere utilizar para adornar una foto o "ganar tiempo".

Así lo puso de manifiesto Josep Antoni Duran i Lleida (CiU), quien mostró sus discrepancias con "las formas y el fondo" del documento que el Ejecutivo hizo llegar (con apenas unas horas) a las distintas fuerzas políticas. Un texto que Duran calificó de "catálogo de buenas voluntades" cuando, a su juicio, lo que lo que se esperaba eran propuestas "concretadas".

Desde el PNV, Josu Erkoreka dio por "imposible" un pacto de todas las formaciones dadas las "graves contradicciones" entre unas y otras. Sólo ve opción a acuerdos puntuales, pero ya avisó al Gobierno que si lo que pretende es usar a la oposición para su "promoción mediática" y para dar un "revestimiento formal" a sus propias decisiones, no podrá contar con el PNV. El encuentro de ayer, a su juicio, sólo sirvió para que todos los partidos tengan clara "la necesidad de sincerarse" porque, en caso contrario, el camino del pacto está "condenado al fracaso".

Desde NaBai Uxue Barkos, advirtió que su formación participará en las reuniones de la comisión gubernamental sólo para alcanzar acuerdos económicos con un "posicionamiento convencido" para el consenso. Añadió que "ahora al que le toca mover ficha es al Gobierno". Finalmente Carlos Salvador (UPN), apelando a la operatividad, abogó por buscar acuerdos sólo en los temas en los que puedan coincidir PP y PSOE.