BELFAST. Los líderes políticos de Irlanda del Norte, Irlanda y Reino Unido condenaron ayer de forma unánime el atentado con coche bomba del lunes por la noche frente a un tribunal en la ciudad fronteriza de Newry, dos semanas después de que las autoridades norirlandensas alcanzaran un acuerdo sobre la transferencia de las competencias policiales y judiciales de Londres a Belfast.

La bomba, que contenía 115 kilos de explosivos, según la Policía, provocó amplios daños en la estructura del edificio, aunque no causó heridos ya que la policía, avisada de la colocación del explosivo, había comenzado a acordonar la zona. Este atentado, que no ha sido reivindicado oficialmente aunque la BBC lo relaciona con los grupos disidentes del IRA, es el último que se produce dentro de un periodo de incremento de las acciones armadas en Irlanda del Norte y el primero de la última década en el que explota un artefacto explosivo. "Las personas que perpetraron este atentado están decididas a destruir todo lo que se ha logrado en los últimos meses. Su único objetivo es devolver a Irlanda del Norte a su pasado más oscuro", dijo el ministro principal de Irlanda del Norte, Peter Robinson, en un comunicado.

Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores irlandés, Michael Martin, dijo que el ataque es injustificable, y un portavoz del primer ministro británico, Gordon Brown, advirtió a una "pequeñísima minoría" de que no se permitirá que dañe el proceso de paz. A la condena también se sumaron diputados de los partidos del arco parlamentario norirlandés. Así William Irwin, del partido Democrático Unionista, calificó el atentado de "una acción cobarde de gentes que quieren retrotraer a Irlanda del Norte al pasado". Por su parte, Conor Murphy, del republicano Sinn Fein, afirmó que lo que pretende esa gente es "devolvernos al pasado y conseguir que el Ejército británico vuelva a patrullar nuestras calles". Finalmente el unionista Danny Kennedy dijo que el bombazo era "una demostración más del deterioro de la seguridad en Irlanda del Norte".

violencia Y es que los atentados, a menudo dirigidos contra la Policía, se han incrementado desde marzo de 2009 en el Ulster, cuando el IRA Auténtico mató a dos soldados en un cuartel del condado de Antrim, al noroeste de Belfast, y al día siguiente a un policía. La mayoría de los analistas coinciden en que los grupos disidentes republicanos no suponen una amenaza fundamental al acuerdo de paz de 1998, que puso fin a tres décadas de conflicto a costa de 3.600 vidas.