MARJAH. Al menos 27 civiles afganos, entre ellos cuatro mujeres y un niño, murieron en un bombardeo de la OTAN el domingo en la provincia de Uruzgán, en el sur del país, según anunció ayer el Gobierno afgano, que calificó de "injustificable" lo ocurrido. En un comunicado, el Gobierno de Kabul explicaba que los asesinatos se produjeron después de que un avión de la Alianza Atlántica disparara por error contra un grupo de civiles (40 personas que viajaban en tres vehículos), a los que tomó por insurgentes, cerca de la frontera entre las provincias de Uruzgán y Dai Kondi. Asimismo, el Ejecutivo de Karzai advirtió de que lo ocurrido supone "un gran obstáculo" en los esfuerzos contra la insurgencia.
En este sentido, pidió a la OTAN que "coordine estrechamente y tenga el máximo cuidado antes de realizar ninguna operación militar con el fin de que se puedan evitar posibles errores que puedan resultar en el daño a civiles", informó la BBC. Según la cadena británica, que citaba al portavoz del gobernador provincial, Nisar Ahmad Jetab, todas las víctimas eran civiles, aunque sí reconoció que el ataque se produjo en una zona controlada por los talibán. Inicialmente el Gobierno afgano había informado de 33 muertos, pero posteriormente aclaró que en total fallecieron 27 personas. "Los datos iniciales indican que la OTAN disparó el domingo contra un convoy de tres vehículos (...) matando a 27 civiles, entre ellos cuatro mujeres y un niño, e hiriendo a otros doce", indicó en un comunicado el Ejecutivo de Kabul. Este balance es el más elevado de víctimas civiles en varios meses.
excusas El incidente no está relacionado con la Operación Moshtarak que la Alianza está llevando a cabo junto con fuerzas afganas contra los talibán en la provincia de Helmand, vecina de Uruzgán. Sin embargo, podría contribuir a minar los esfuerzos del Gobierno y de la OTAN para ganarse a los civiles en el marco de su plan para acabar con los bastiones de los talibán y devolver el control de estas zonas a las autoridades afganas. Por su parte, la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF) había informado en un comunicado de que los civiles fueron abatidos cuando se aproximaron a una unidad conjunta de la OTAN y afgana ya que, según la Alianza, sospechaban que se trataba de un convoy insurgente.
Asimismo, indicaba que se ha abierto una investigación sobre estos hechos. "Estamos profundamente tristes por la trágica pérdida de vidas inocentes", aseveró el comandante de las fuerzas aliadas en Afganistán, el general estadounidense Stanley McChrystal, en un comunicado. "He dejado muy claro a nuestras fuerzas que estamos aquí para proteger al pueblo afgano y que matar inadvertidamente o herir a civiles mina su confianza en nuestra misión", añadió, asegurando que la ISAF "redoblará sus esfuerzos para recuperar esa confianza".