Kabul. En el segundo día del gran asalto que las fuerzas internacionales y afganas lanzaron sobre un bastión talibán del sur afgano, la OTAN admitió ayer haber matado a doce civiles al lanzar dos cohetes que se desviaron 300 metros y erraron en su objetivo de impactar contra un refugio insurgente.
En un comunicado, la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), misión bajo mando de la OTAN, explicó que los proyectiles salieron de un sistema de lanzamisiles hacia un refugio desde el cual los talibanes estaban abriendo un fuego "preciso y directo" contra las fuerzas aliadas.
Un militar afgano y otro extranjero resultaron heridos por los disparos que los integristas estaban efectuando en el distrito de Nad Alí, situado en la conflictiva provincia sureña de Helmand. "La actual operación en el centro de Helmand está dirigida a restaurar la seguridad y la estabilidad en esta zona vital de Afganistán. Es lamentable que durante nuestro esfuerzo conjunto se hayan perdido vidas inocentes", dijo el jefe de la ISAF, el general estadounidense Stanley McChrystal. "Expresamos nuestro más sentido pésame y nos aseguraremos de hacer todo lo que podamos para evitar futuros incidentes", continuó el general.
McChrystal pidió también disculpas al presidente afgano, Hamid Karzai, por lo que consideró un suceso "desafortunado", y dijo que el sistema de lanzamisiles no volverá a ser utilizado hasta que se someta a una inspección.
evitar víctimas civiles Poco antes del comunicado de la OTAN, Karzai ya había asegurado que al menos diez civiles fallecieron al impactar un proyectil contra su vivienda en el marco de la operación antitalibán en Helmand. El Palacio Presidencial no precisó la autoría del ataque y aseguró que éste tuvo lugar en el distrito de Marjah y no en el cercano de Nad Alí, tal y como dijo luego la OTAN, pero insistió en la necesidad de evitar víctimas civiles. El presidente ya había pedido durante los primeros compases de la Operación Moshtarak (Juntos en la lengua local) que se evitaran las bajas civiles y los bombardeos aéreos.
La ONU también instó ayer a las partes, antes de que se conociera la muerte de los doce civiles, a que la población no se vea afectada por los combates y a que se respete al personal humanitario desplegado para ayudar a los desplazados.
La Oficina de Coordinación para Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA) constató que "un número creciente" de desplazados está llegando de la zona de la ofensiva (Marjah y Nad Alí) a Lashkar Gah, capital de Helmand, aunque dijo que es "imposible" saber la cifra exacta.
"Quisiera aprovechar esta oportunidad para llamar a todas las partes a que no involucren ni usen a la población civil, a los actores humanitarios o la ayuda humanitaria para propósitos militares", pidió el coordinador humanitario de la ONU en Afganistán, Robert Watkins.
Unas 900 familias que han abandonado sus hogares ya se han registrado ante las autoridades provinciales, pero el proceso de verificación que habitualmente efectúan las agencias humanitarias en casos similares aún no ha concluido. La OCHA dijo haber entregado paquetes con comida y estar en contacto con los militares aliados para dar una respuesta humanitaria.
Desde que en la madrugada del sábado se iniciara la Operación Moshtarak, 27 supuestos insurgentes y dos soldados internacionales -uno de ellos británico- han perdido la vida, según una fuente oficial afgana.