washington. La luz que iluminaba la vida en el mundo político del clan Kennedy acaba de apagarse. Tras el shock sufrido por los demócratas tras la muerte del senador Edward Ted Kennedy, en agosto de 2009, ahora el turno le ha tocado a su propio hijo, el legislador demócrata de Rhode Island, Patrick Kennedy, que deja la política activa tras decidir no presentarse a la reelección en la Cámara de Representantes y tras casi 20 años en la vida pública.

En su adiós, presentó un vídeo en el que lamentaba los tiempos difíciles que afronta la nación por la grave crisis económica pero sentía aún más la pérdida de quien fuera su más preciado mentor y confidente y su fuente mayor de ánimo y fortaleza, su padre. De hecho, fuentes demócratas aseguran que, más que la posibilidad de perder el escaño en noviembre, cuando se renovarán los 435 miembros de la Cámara de Representantes, la muerte de Ted Kennedy jugó un papel determinante en esta decisión.

No exento de problemas con varias adicciones, convirtió sus flaquezas personales con las drogas y el alcohol en una fuente de activismo político, al promover en el Congreso el derecho al cuidado de salud mental. En su mensaje de vídeo asegura que continuará luchando por los que "sufren de depresión, adicciones, autismo y desorden de estrés postraumático".

último en un cargo político Era el último representante que quedaba en un cargo público tras una tradición familiar que se remonta más de 50 años, cuando el hermano de su padre, el ex-presidente John F. Kennedy fue elegido para la Cámara de Representantes en 1946. Con este adiós, se dejará de ver un apellido, de origen irlandés, que ha formado parte de la intensísima historia de la segunda mitad del siglo XX.

Antes que él, estuvieron su padre por un lado, Ted Kennedy, cuya muerte supuso un duro golpe para el Partido Demócrata, dada su profunda complicidad con el presidente Barack Obama, principalmente en la cuestión de la reforma de la sanidad, que desde hacía muchos años fijó como uno de sus objetivos políticos. Su desaparición derivó en una victoria republicana en un feudo tradicionalmente demócrata, así como la pérdida de la supermayoría en la Cámara Alta. Ted, fue precedido por sus hermanos mayores, como Robert Kennedy, Fiscal General de los Estados Unidos entre los años 1961 y 1964, fue una pieza fundamental junto a su hermano mayor, el ex-presidente John F. Kennedy en la llamada Crisis de los misiles de Cuba, que resultó favorable para los Estados Unidos y para la paz mundial en el conflicto que mantenían entonces con la extinta Unión Soviética. Otro de sus logros personales fue su contribución con el Movimiento Afro estadounidense por los Derechos Civiles, que en la estela del legado del presidente Abraham Lincoln, igualaba en derechos a las poblaciones blancas y negras, en conflicto durante tantísimos años y que gracias a su trabajo, llegó a su fin. Murió asesinado en Los Ángeles en el año 1968 cuando era candidato a presidir el Partido Demócrata.

Años atrás quedó el mayor de los tres hermanos, de gran renombre en el plano político, John F. Kennedy, trigesimoquinto presidente de los Estados Unidos desde 1961 hasta su asesinato en Dallas en 1963, recordado por una corta etapa, pero no poco intensa ya que a muchos de los acontecimientos políticos a los que tuvo que hacer frente, tanto en el interior como en el exterior, como la invasión de Bahía de Cochinos, la crisis de los misiles de Cuba, la construcción del Muro de Berlín, el inicio de la carrera espacial, la consolidación del Movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos, así como los primeros eventos de la Guerra de Vietnam, pusieron en peligro la paz mundial.