Islamabad. Al menos doce personas, ocho de ellas civiles, murieron ayer y una veintena resultaron heridas por una doble explosión en un complejo de la Policía en el conflictivo noroeste de Pakistán. Las explosiones se registraron en un intervalo de pocos minutos en torno a las 19.00 según el horario local y tuvieron lugar en la puerta principal y en el interior de unas instalaciones de la Policía de la localidad de Bannu, cabecera de una región homónima de la Provincia de la Frontera del Noroeste (NWFP).

Las primeras pesquisas apuntan a que se trataba de artefactos explosivos activados mediante control remoto, aunque algunos canales de televisión paquistaníes no descartan la posibilidad de que al menos una de las detonaciones fuera provocada por un suicida. Entre los heridos hay cinco de carácter grave. Los servicios de rescate trasladaron a las víctimas a un hospital cercano, al tiempo que las fuerzas de seguridad acordonaron la zona. El primer ministro paquistaní, Yusuf Razá Guilani, condenó el ataque y ordenó que se abra una investigación para esclarecer los hechos.