Madrid. La mala gestión de la crisis económica y financiera y las propuestas de reforma laboral han colocado al PSOE al borde del abismo de la derrota electoral. Así lo demuestran los dos últimos sondeos publicados ayer, que elevan hasta casi los 6 puntos la ventaja del PP, frente a los 3,8 que le otorgaba el Barómetro del CIS, una encuesta realizada a primeros de enero, antes de que el Ejecutivo avanzara sus controvertidas propuestas de ampliar la edad para poder jubilarse o las propuestas para la reforma laboral. Estas cifras están causando honda preocupación en las filas socialistas que consideran que esta desventaja puede llegar a ser insalvable si no se toman medidas para atajar la sangría de los índice de popularidad de Zapatero. Incluso algunas fuentes señalan que la dirección socialista maneja encuestas que ensanchan la diferencia a favor del PP hasta los 8 puntos.
Algunos dirigentes del PSOE que prefieren guardar el anonimato han expresado su nerviosismo por el desgaste que están acusando el Gobierno y el partido y, sobre todo, por la sensación de que ese deterioro puede no haber tocado fondo todavía. "Parecía que la crisis no era tan profunda, que los brotes verdes ya estaban apareciendo, que el empleo comenzaría a recuperarse antes. Pero parece que no se ve la luz en el túnel", advierten varios un diputado del PSOE.
Con este panorama los dos diarios españoles de más tirada publicaban sondeos coincidentes. El PP aventaja al PSOE en casi seis puntos, según la última encuesta de El País realizada después de conocerse la intención del Gobierno de reformar las pensiones de jubilación. Otro diario más combativo con el Ejecutivo socialista, El Mundo también publicó ayer su sondeo, según el cual, el líder de la oposición, Mariano Rajoy, se sitúa por primera vez por encima del presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, al obtener una valoración de 4,21 sobre 10 (lo que es también, en todo caso, un suspenso), mientras que Zapatero se queda en un 4,1.
La encuesta de El País refleja la ventaja del PP sextuplica el punto de diferencia que consiguió José María Aznar en 1996, y el resultado estimado para el PSOE es casi idéntico al de Felipe González en su última batalla electoral. A mitad de la presente legislatura, el PP ha pasado del 39,9% de las últimas generales a una estimación de voto del 43,4%, lo que le sitúa muy cerca del último resultado de los socialistas en las urnas, pero con la ventaja de tener a su oponente mucho más abajo. En tanto, al cabo de dos años, el PSOE ha pasado de tener una ventaja de 3,6 puntos a una desventaja de 5,9, lo que significa un vuelco de nueve puntos y medio, según el citado diario.
El sondeo de El Mundo asegura que si se celebraran ahora unos comicios, el PP ganaría por 5,8 puntos. La consulta también ha sido realizada tras el anuncio del aumento de la edad de jubilación hasta los 67 años. Sin embargo -explica el diario- "este resultado no es tan desastroso como cabría esperar". Las formaciones políticas de izquierda que ganan con la bajada del PSOE son Izquierda Unida y Unión Progreso y Democracia, de Rosa Díez, esta última pasaría a consolidarse como la cuarta fuerza política a nivel nacional.
Según el sondeo hecho por Sigma Dos para El Mundo, Rajoy recibe una valoración de 4,21 sobre 10 (en todo caso, un suspenso), mientras que Zapatero se queda en un 4,1. La persona más valorada por los encuestados es Rosa Díez, que logra un 4,38. En cuanto a una reestructuración en el Gobierno, un 65,8% de los ciudadanos quiere que Zapatero renueve a su equipo.
Alarma en Ferraz Ante este panorama, el PSOE reconoce que el Gobierno y el partido han cometido graves fallos propios, especialmente al comunicar algunas decisiones, y, aunque lo ocurrido le ha llevado a activar sus alarmas, la dirección socialista apela a la tranquilidad y se apresta a la movilización para recuperar terreno.
El partido se prepara para ordenar "zafarrancho de combate" con el fin de explicar al detalle las decisiones que se están adoptando por el Gobierno pensando en el interés general. Y han querido transmitir tranquilidad ante el cúmulo de datos adversos que en los últimos días se le han amontonado al Gobierno.
Ferraz justifica el desgaste y lo equipara al que están sufriendo otros gobiernos europeos debido a la crisis, a la vez que quita hierro a los sondeos y recuerda que dos años en política son una eternidad.
El desgaste en la opinión pública (en la calle crece la percepción de que "este presidente es incapaz de sacarnos de la crisis") es tal que entre las filas socialistas hay voces que se preguntan incluso si Zapatero llegará a convertirse en un lastre para el PSOE. Pero no hay duda de que, hoy por hoy, el presidente del Gobierno sigue siendo el principal activo de los socialistas. Un cabeza de cartel que, además, no tiene recambio, al menos de momento. De ahí que en el PSOE se hayan apresurado a cerrar cualquier debate sobre la hipotética candidatura de Zapatero en el 2012.
Pero lo que está claro es que ante las próximas autonómicas, no hay extrañeza en la Ejecutiva Federal socialista por el hecho de que algunos de sus barones (como José María Barreda, presidente de Castilla La Mancha, y el catalán José Montilla) quieran marcar distancias con Ferraz, incluso con Zapatero, para evitar un descalabro electoral en sus territorios.
Con este panorama, Zapatero reunirá mañana martes a los parlamentarios socialistas, quienes le pedirán que sus reformas económicas mantengan la "sensibilidad social" demostrada hasta ahora y, además aprovecharán para pedirle "claridad" y "pedagogía" a la hora de comunicar esas medidas.