El boom turístico y de desarrollo que ha vivido en los últimos años El Calafate, en la Patagonia argentina, explica, para algunos, el éxito financiero del matrimonio Kirchner. Se estima que el aumento en los alquileres de las propiedades que la pareja presidencial posee en El Calafate podría justificar parte del salto que dio su fortuna el año pasado. Y allí están centradas, justo ahora, todas las miradas de los argentinos, que asisten a un nuevo capítulo del culebrón en el que se ha convertido el enriquecimiento del conocido como matrimonio K.

La fortuna de Cristina Fernández, actual mandataria, y Néstor Kirchner, su antecesor, se ha multiplicado por siete en los últimos seis años -de 1,2 millones de euros a 8,5-. Un crecimiento que ha despertado las sospechas de la oposición, la prensa y la sociedad en general. De hecho, la popularidad de la presidenta no ha dejado de caer desde que se conocieran los primeros datos sobre su fortuna en 2008. El nuevo escándalo que se cierne sobre el matrimonio es la acusación que pesa sobre Néstor Kirchner de beneficiarse de información privilegiada para cambiar dos millones de dólares en octubre de 2008, un momento de grandes fluctuaciones cambiarias.

La opositora Coalición Cívica ha presentado una denuncia ante la Justicia por un supuesto delito de "enriquecimiento ilícito", argumentando que la presidenta tuvo acceso a información reservada de la que se valió su marido para decidir el momento de la compra. El ex mandatario destinó el dinero a la adquisición de un lujoso hotel en la villa turística de El Calafate, cercana al famoso glaciar Perito Moreno.

La compra del monto fue ventilada por la prensa después de que el saliente presidente del Banco Central, Martín Redrado, amenazara con difundir una lista "con personas del poder que compraron dólares", en medio de un severo conflicto que ha mantenido con el Gobierno de Cristina Fernández durante las últimas semanas y que ha finalizado con su remoción.

Pero el caso que ahora centra los titulares de la prensa nacional argentina no ha sido el primero en el que Néstor Kirchner compra dólares. Según el diario La Nación, uno de los principales del país, sólo entre 2005 y 2008, el ex presidente ganó cerca de 1.250.000 euros por diferencias de cambio.

Entre 2007 y 2008

Aumento espectacular

La fortuna del matrimonio presidencial aumentó, especialmente, entre 2007 y 2008. La pareja presentó en diciembre de 2008 una declaración fiscal que cifraba su patrimonio en 8,5 millones de euros, casi el triple de lo que valía en 2007 (3,2 millones) y siete veces más que en 2003, cuando Néstor Kirchner llegó al poder. Este dato ya le valió una denuncia ante la Justicia, que fue finalmente archivada, no sin polémica, por el juez Norberto Oyarbide el año pasado.

Las principales inversiones de los Kirchner están vinculadas al mercado inmobiliario de Santa Cruz (al sur del país), provincia que el ex mandatario gobernó de 1991 a 2003. Tiene que ver, principalmente, con la compra y venta de terrenos fiscales y el negocio hotelero en El Calafate. En julio de 2009, la Coalición Cívica presentó una proyecto de ley para expropiar las tierras fiscales que la mandataria y el ex presidente compraron a precios mucho menores a los del mercado. Se refería a una operación sobre un terreno de 20.000 m2, adquirido por los Kirchner en 2006 por alrededor de 25.500 euros y que fue vendido dos años más tarde a una empresa chilena por más de 1,17 millones de euros.

Pero el espectacular enriquecimiento personal no sólo ha puesto sobre las cuerdas al matrimonio presidencial, ya que el escándalo ha comenzado a extenderse en su entorno. De hecho, ya se ha cobrado la primera víctima. El secretario personal de la presidenta durante más de quince años, Fabián Gutiérrez, dimitió el jueves. Adujo "motivos personales", sin embargo, es investigado desde octubre del año pasado por enriquecimiento ilícito. Su fortuna, al igual que la de la pareja presidencial, ha aumentado un 756% en los últimos seis años.

Fondo del bicentenario

El conflicto del verano

Pero el culebrón por su enriquecimiento personal y el de su entorno no es la única polémica a la que el Gobierno de Cristina Fernández ha tenido que hacer frente durante este año. El llamado conflicto del verano comenzó con el pulso que han protagonizado el ex presidente del Banco Central, Martín Redrado, y la presidenta, en el que también ha tenido un papel protagonista el vicepresidente argentino, Julio Cobos.

Todo comenzó cuando la mandataria -a través de un decreto de necesidad y urgencia- exigió al presidente del Banco Central que habilitara una parte de las reservas de la entidad monetaria para hacer frente a los compromisos con la deuda externa, que vencen este año. Cristina Fernández bautizó la operación como Fondo del Bicentenario. Sin embargo, la mandataria se encontró con un férreo opositor a esta medida, respaldado por una amplia mayoría de la oposición. Ahí comenzó el tira y afloja.

El Gobierno trató de destituirlo, pero la Justicia ratificó en el cargo a Redrado. Fue, finalmente, una comisión legislativa la que recomendó la remoción del presidente del Banco Central. Tras esta victoria, Cristina Fernández ha designado a la economista Mercedes Marcó del Pont como nueva presidenta de la entidad. Lo más sorprendente del final de esta crisis ha sido, quizás, la actuación del vicepresidente argentino, Julio Cobos.

En abierta confrontación con Cristina Fernández desde el año pasado, se opuso en todo momento al Fondo del Bicentenario, sin embargo, en la comisión legislativa se puso del lado del Gobierno y apoyó la remoción de Redrado. E igual que él, varios gobernadores de la oposición. Esta actuación del vicepresidente, que aspira a encabezar la lista electoral del radicalismo en las elecciones de 2011, ha enfurecido a las filas de su partido. Sin embargo, este hecho parece algo más puntual que una reconciliación entre los altos cargos del Gobierno argentino.

El matrimonio encara ahora la recta final de un mandato lleno de polémica con la vista puesta en 2011.