londres. No sólo el informe desvelado ayer mina la imagen del ex primer ministro británico, su propio titular de Exteriores, Jack Straw, contradijo a Blair ante el tribunal, algo parecido a lo que hizo el ex fiscal general británico, Peter Goldsmith. Y por último, un ex diplomático le acusaba de continuar mintiendo, incluso en la postguerra. Según Richard Dalton, ex embajador británico en Irán y hoy miembro del Instituto de Relaciones Internacionales, los futuros líderes deberían mostrar mayor integridad que el ex líder laborista en temas que afectan a la seguridad mundial. "Creo que su descripción de lo que ocurrió en Irak durante todo ese tiempo fue una pura y simple manipulación", criticó Dalton, a propósito del testimonio que Blair prestó el viernes ante la comisión que investiga la intervención británica en la guerra de Irak.

El actual ministro de Justicia, Jack Straw, que fue titular de Exteriores con Blair, reconoció que nunca habría aceptado que el objetivo principal de la guerra fuera el derrocamiento del dictador iraquí Sadam Husein: "El objetivo del cambio de régimen hubiera sido inapropiado y evidentemente ilegal". Straw, en su intervención ante el comité de investigación, desmontaba el principal argumento de Blair, que siempre ha anunciado que el objetivo era derrocar a Sadam Husein.

Por si esto fuera poco, quien fuera fiscal general del Estado durante la invasión, Peter Goldsmith, señaló que había advertido a Blair de la ilegalidad de dicha acción por estar al margen de la ONU. Goldsmith aseguró que dar luz verde a la guerra, basándose en la existencia de armas de destrucción masiva y no en el derrocamiento de Sadam, tal y como mantiene el ex presidente Tony Blair era una mentira.