DONOSTIA. En un comunicado, Lokarri realizó balance de los "principales acontecimientos" de 2009, "los atentados cometidos por ETA, la declaración de la izquierda abertzale, el cambio de Gobierno Vasco, la ilegalización de Askatasuna y D3M, la propuesta de pacto contra la violencia en Navarra y la transformación de la situación social".

En este contexto, apuntó como "obstáculos" de la situación actual del proceso hacia la paz y la convivencia a "la violencia de ETA, el unilateralismo, la exclusión de la izquierda abertzale, la falta de una referencia social clara y la ausencia de diálogo".

Respecto a la violencia de la banda terrorista destacó que, "además de vulnerar derechos humanos fundamentales y causar un sufrimiento injustificable", es "rechazada mayoritariamente por la sociedad vasca" y supone "un obstáculo y una distorsión de todos los intentos por encontrar una salida pacífica y democrática".

"Los últimos atentados de ETA expresan su nula voluntad de poner fin a la violencia en el corto plazo y su decisión por intentar forzar la negociación con el Gobierno cometiendo nuevos atentados", subrayó.

Respecto al "unilateralismo", Lokarri consideró que su "máxima expresión" es la apuesta "distorsionada del Gobierno vasco y del Gobierno de Nafarroa por la deslegitimación de la violencia". "En vez de contribuir al final de la violencia reforzando los derechos humanos, la cooperación, el entendimiento y la inclusión, esta concepción de la deslegitimación divide a la sociedad", aseveró, para añadir que con ello se aumenta a la "tensión social y política".

Por otro lado se refirió a la "exclusión de una parte significativa de la sociedad, la izquierda abertzale liderada por Batasuna", la cual "dificulta el diálogo" al no poder participar en la vida política "en igualdad de condiciones que el resto de formaciones".

En cuanto a la "falta de una referencia social clara", consideró que en estos momentos "la violencia y el unilateralismo son los discursos dominantes y acaparan los medios de comunicación dejando poco espacio a los sectores sociales que, como Lokarri, defienden el modelo de solución basado en el fin de la violencia, la inclusión y el acuerdo".

Asimismo, lamentó "la ausencia de diálogo" entre ETA y el Gobierno para "explorar un nuevo proceso de Paz" y que entre los propios políticos "tampoco se esté dando pasos para iniciar un diálogo resolutivo sobre el marco de convivencia".

Lokarri también se refirió a los "riesgos" que, a su juicio, conllevan estos "obstáculos" y así advirtió de la posibilidad de que ETA "camine hacia un final desordenado de la violencia" que de mantenerse en el tiempo "sin dar una oportunidad a un nuevo proceso de paz puede provocar que las puertas para un final dialogado se estén cerrando sin remedio".

También se refirió al "debilitamiento del modelo diálogo-acuerdo" frente al protagonismo de las "dinámicas de violencia, vulneraciones de derechos humanos y exclusión".

Por el contrario, como "oportunidades", Lokarri apuntó a la "apuesta internacional por el multilateralismo", a la "posición social mayoritaria de rechazo a la violencia", a los "signos de reactivación de la mayoría social por la paz, el diálogo y el acuerdo", y al "debate sobre la continuidad de la violencia y la apertura de una nueva etapa en la izquierda abertzale".