bruselas. El ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Miguel Angel Moratinos, garantizó ayer que la presidencia del Consejo Europeo que España ejercerá por cuarta vez desde que ingresó en la UE a partir del próximo 1 de enero de 2010 no será "nacionalista" ni "competirá" con los nuevos cargos creados por el nuevo Tratado de Lisboa, cuya aplicación y desarrollo será uno de los ejes que guiarán el semestre español.
Facilitar la salida de la crisis económica, reforzar el papel de la Unión en el mundo y situar al ciudadano europeo en el centro de la política comunitaria completan las prioridades de la presidencia que presentó Moratinos en una rueda de prensa en Bruselas. Mientras, los dos "principios transversales" que inspirarán los trabajos serán la innovación y la igualdad.
Moratinos quiso dejar claro que el compromiso del presidente del Gobierno y de su Ejecutivo es que no haya "competencia" con los "nuevos dirigentes" de la UE, es decir con el recién nombrado presidente permanente del Consejo Europeo, el belga Herman Van Rompuy, y la Alta Representante para la Política Exterior y la Seguridad Común, la británica Catherine Ashton.
En este sentido, adelantó que ejercerá sus funciones para "complementar" y dar "apoyo" a las nuevas instituciones y personalidades europeas que estarán "al frente" para "dirigir, impulsar y representar" a la Unión. Eso sí, no por ello la presidencia española "renunciará" a sus responsabildades.