l Varapalo al Gobierno. Los indicadores referentes a la labor ejercida por el Gabinete López en los siete mese que lleva trabajando no le son favorables. A la escasa confianza de los ciudadanos, se suma su rechazo al pacto con el PP (criticado por un 65%), la negativa valoración de su gestión (que sólo ve "buena un 23%) y las pocas diferencias que aprecian respecto al anterior Ejecutivo en materias en las que ha hecho hincapié como la lucha contra ETA.
l El espíritu del Estatuto. El marco estatutario es el que concita más apoyos entre los encuestados. Sin embargo, estos expresan claramente que quieren que se cumpla íntegramente, lo que exige un 29%, o que se reforme para lograr más cotas de autogobierno, de lo que es partidario. Ante una posible independencia, un 31% dice tener "grandes" deseos de lograrla, un 32% admite tenerlos, aunque "pequeños", y sólo un 22% asegura que no tiene "ningún" deseo de llegar a ese marco. l Suspendidos. En un clima en el que los ciudadanos censuran sin diferencias ideológicas el actual enfrentamiento que mantienen las diferentes formaciones y sensibilidades, ningún político alcanza el aprobado. Aintzane Ezenarro es la que más cerca se queda, con un 4,6, seguida por Mikel Arana, con un 4,2 y Joseba Egibar, que recibe un 4,1. El lehendakari se queda en un 3,7, Arnaldo Otegi en un 2,9, y Antonio Basagoiti en un pobre 2,3. l La izquierda abertzale y ETA. Quizá uno de los elementos más destacables frente a los datos de otros estudios es la importante pérdida de apoyo a la pervivencia de ETA dentro de quienes antes la justificaban, que son un 21% menos. Respecto a un posible nuevo escenario de negociación, la sociedad se muestra rotundamente a favor; un 34% sean cuales sean las condiciones, un 47%, si ETA deja las armas, y sólo son un 15% los que la rechazan en todo caso.
vitoria. El Euskobarómetro que elabora el equipo del profesor Francisco Llera publicó ayer los datos correspondientes a la oleada del mes de noviembre, la segunda desde que Patxi López es lehendakari.
Por primera vez, ninguna institución obtiene el aprobado de los ciudadanos vascos, el pesimismo y la desconfianza en la economía alcanzan máximos históricos, empeora el "malestar democrático", y más de un 70% de los encuestados expresa que tiene "poca o ninguna confianza" en el actual Gobierno Vasco, un 6% de desconfianza más que lo que reflejaba la oleada del mes de mayo. Por si fuera poco, un 65% dice seguir estando en desacuerdo con el pacto que mantienen PP y PSE, un dato negativo que también crece en cuatro puntos desde el último informe, y además, un 40% de los ciudadanos de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa tienen una valoración negativa de la gestión del actual Gobierno Vasco encabezado por Patxi López, frente a un 23% que la califica de buena.
Éstas son algunas de las conclusiones que arroja este estudio que se ha realizado a través de un total de 1.200 encuestas hechas puerta por puerta, 400 en cada territorio histórico de la Comunidad Autónoma Vasca, y que confirman la escasa aceptación con que la mayoría de la ciudadanía ha acogido al Gabinete López en sus primeros meses de trabajo.
Sin embargo, en un clima de percepción negativa de la situación política vasca, tampoco los partidos que no participan directa o indirectamente del Gobierno escapan al reproche de los ciudadanos.
Así, un 66% de los encuestados valoran de forma negativa cómo está ejerciendo el PP su papel de oposición -aunque como socio preferente del PSE-, mientras que la crítica está más dividida, aunque también existe, ante la actuación del PNV en su estreno como oposición, que aprueba un 27%, pero también censura la mayoría 34%.
división, crispación Hasta un 42% de los ciudadanos encuestados en la CAV considera "mala" la situación política que atraviesa esta comunidad, mientras el 41% se limita a valorarla como "regular" y sólo un 7% se aventura a considerarla "buena".
Uno de los factores que más lastran este dato es la división existente entre los diferentes bloques políticos enfrentados en las instituciones, que lleva a un 67% a denunciar que esta situación genera tensión, discusiones y crispación en su entorno cotidiano inmediato; un dato que, además, se dispara hasta en 14 puntos respecto al último semestre.
Por otro lado y como hace seis meses, la mayoría se muestra entre escéptica (33%) y pesimista (39%) al ser preguntados sobre si esperan que el actual Ejecutivo sea más eficaz para Euskadi de lo que fue el anterior, siendo más, en todo caso, los que esperan que sea peor (39%) que los que lo prevén mejor (21%). Sólo los votantes populares (71%), socialistas (62%) y de UPD destacan por su optimismo y sujetan la valoración del Ejecutivo en este aspecto.
suspenso generalizado Al pronunciarse sobre la valoración que hacen de los diferentes representantes políticos, los ciudadanos de la CAV no dejan lugar a dudas en su crítica cerrada. No aprueba ninguno de ellos y además, casi todos pierden puntos respecto a la valoración que recibieron hace seis meses.
La portavoz de Aralar en el Parlamento Vasco, Aintzane Ezenarro, es la que menos lejos queda del aprobado, logrando una valoración general de, 4.6 -en una escala del o al 10-. Le siguen de cerca, el representante de EB, Mikel Arana (con un 4,2), su compañero en la dirección de Aralar, Patxi Zabaleta (4,1), el portavoz jeltzale Joseba Egibar (4,1) y su presidente Iñigo Urkullu (4). Por debajo del cuatro quedan el lehendakari, Patxi López (3,7), el líder de EA, Pello Urizar (3,4), y el nuevo responsable de IU, Cayo Lara que empata con su 3,3) con el consejero de Interior, Rodolfo Ares y el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero. Ya al final de la lista hay que buscar a Arnaldo Otegi que recibe un pobre 2,9, Antonio Basagoiti y Arantza Quiroga, ambos con 2,4, Rosa Díez (2,3) y Mariano Rajoy (1,6).
Cabe destacar la caída constante que recibe además la gestión de Zapatero al frente del Ejecutivo central, que ha perdido 15 puntos en el último año, incluso entre los votantes socialistas.
identidades y marcos Los ciudadanos afrontan la clásica pregunta sobre si se sienten vascos o españoles respondiendo que creen que ambas son compatibles, lo que comparte un 64%. Sin embargo, mientras un neutro 37% se define como "tan vasco como español", un 24% prefiere reivindicarse como "más vasco que español" y un 29%, "sólo vasco", frente a un reducido 3% que dice ser "más español que vasco" y un 4% que elige ser "sólo español".
¿Y cómo se debería traducir esta suma de identidades en el marco jurídico político en que conviven? Pues para la gran mayoría de los encuestados la actual fórmula autonómica sigue siendo la más apropiada. Así lo piensan un 41% de los ciudadanos de la CAV. Sin embargo, lo que refleja claramente es la mayoritaria reivindicación de que el texto se cumpla en su totalidad, lo que exige un 29%, o que se reforme para ganar más autogobierno, lo que defiende otro 28%, frente al 22% que lo dejaría como está.
La preferencia por la independencia, en el estudio del equipo de Llera, queda en un escaso 21%, por detrás incluso del modelo federal que quisiera tener en su relación con el Estado un 31% de los encuestados. Aún así, teniendo en cuenta que, como en todas las encuestas, las respuestas varían mucho en función de cómo se formule la pregunta, el Euskobarómetro refleja a continuación que cuando a los ciudadanos se les pregunta si tienen "deseos de independencia", un 31% confiesa que alberga "grandes" deseos de lograrla, un interpretable 32% dice tenerlos "pequeños" y sólo un 22% dice tener "ninguno".
la violencia de ETA Por último, el estudio aborda el problema de la violencia ejercida por ETA. El optimismo se abre paso ligeramente respecto al semestre anterior en todos los electorados y se mantiene el rechazo a la violencia como instrumento político, que alcanza el 76%, con un 10% que aún lo avala.
Dentro de la izquierda abertzale ilegalizada, la reflexión política que tanto ha dado que hablar en los últimos meses y que este sector plasmó en su declaración de Alsasua se traduce en que ya un 30% de los votantes de este sector rechazan el uso de la violencia (un 16% más que hace seis meses) por un 42% que aún la justifica, lo que también supone un retroceso significativo de 21 puntos en ese mismo periodo.
En este sentido, la mayoría rechaza las actuaciones llevadas a cabo por la Justicia contra este sector, un 50%, por sólo un 32% que las apoya.
Por otra parte, los encuestados no consideran ni más ni menos eficaz la lucha contra ETA encabezada por el actual Ejecutivo respecto a la del anterior y, ante un hipotético escenario de negociación con la banda, un 47% es partidario de ponerla en marcha si ETA deja las armas, un 34% sin condiciones y sólo un 15% la rechaza en cualquier caso.
En preocupaciones, el empleo se lleva la palma, quedando en el primer lugar de un 51%, seguida por la situación económica, 19% y el terrorismo, que baja hasta el 8%.