portavoz parlamentario de Ezker Batua
vitoria. Mikel Arana, portavoz de Ezker Batua en el Parlamento, es muy crítico con un PSE que a su juicio ha incumplido la promesa de abrir su Gobierno a todas las sensibilidades. Arana considera que el nuevo Ejecutivo se ha enredado en una guerra de símbolos que le separa del resto de la Cámara, pero también reprocha al PNV la incapacidad del Legislativo para alcanzar consensos.
Cuesta bastante entender que ninguna de las más de mil enmiendas que había presentado la oposición fuera buena, ni una sola.
Había muchas enmiendas que eran razonables y que mejoraban el presupuesto. Lo que no cuesta entender es que hayan decidido no aprobar ninguna de ellas. Es el estilo del Gobierno de Patxi López y su socio, el PP, hasta el punto de que por ejemplo con EB ni siquiera han llegado a hablar. Es un camino que lleva a muy pocos sitios porque al final están generando dos bloques, como siempre ha ocurrido en la Cámara.
¿Ustedes creen que se han leído las enmiendas?
Yo creo que no. Me da la sensación de que desde el principio habían decidido que el único con el que iban a querer tener algún tipo de acuerdo era con UPyD, lo cual pone en entredicho la promesa del lehendakari, cuando dijo con grandilocuencia que quería ser el Gobierno trasversal, que todas las sensibilidades se iban a ver recogidas en las políticas del Gobierno. En menos de siete meses hemos visto cómo todo eso cae por tierra.
¿Está beneficiando el Gobierno Vasco a los municipios gobernados por el PSE y PP en detrimento de otros?
Sin lugar a dudas. El PP ha decidido que hay cuatro ayuntamientos alaveses que van a disponer de varios millones de euros, ayuntamientos que gobierna el PP. Deciden de repente que Donostia, gobernado por Odón Elorza, va a tener un metro; deciden que Rekalde se va a quedar sin tranvía, pero sin embargo es muy bueno para Barakaldo.
López decía el otro día que el cambio no ha hecho más que empezar. ¿Lo ha notado usted?
He notado una falta de ideas para resolver los problemas reales del país, que es de lo que se nos acusó durante muchos años. Permanentemente nos están trayendo al Parlamento cuestiones que sólo tienen que ver con lo simbólico. Es decir, cuestiones que nos recuerdan a la época de Mayor Oreja y Nicolás Redondo.
¿Por qué no han llegado las políticas activas de empleo?
Quisieron gobernar a base de titulares y dijeron que la fecha iba a ser el 1 de enero. En ese momento el PNV aprovechó la debilidad de Zapatero para pactar un modelo de transferencia que no es el suyo, sino el que viene en el Estatuto. A partir de ahí, unos y otros empiezan a echarse la culpa cuando en realidad el problema es que hay dificultades técnicas.
¿Por qué resulta imposible un mínimo consenso frente a la violencia? El otro día no fueron capaces ni de sacar adelante una declaración conjunta en el Día Internacional de los Derechos Humanos.
En la sesión de la semana pasada se nos pasó un primer borrador que en este caso encabezaba el PSE. Me da la sensación de que el PNV decidió que no le iban a dar esa posibilidad, presentaron otro borrador y al final no hubo manera de llegar a un acuerdo. Vivimos una permanente pelea de gallos en el Parlamento, y al final damos una imagen lamentable.