Madrid. La Conferencia de Presidentes que acogió ayer el Senado se prolongó hasta pasadas las nueve de la noche, dos horas más de lo previsto y doce después de haberse puesto en marcha. El jefe del Ejecutivo español, José Luis Rodríguez Zapatero, tenía tanto empeño en salir de la reunión con algún acuerdo bajo el brazo que incluso tuvo que anular su participación en la cena de gala que la Casa Real tenía previsto ofrecer al presidente de Vietnam. "Está dispuesto a hacer lo indecible", aseguraban fuentes gubernamentales consultadas por Europa Press.

Sin embargo, después de todo, la disciplina de partido seguida por los miembros del PP y el enfrentamiento partidista que actualmente encara a populares y socialistas se impusieron hasta dinamitar cualquier opción de impulsar algún proyecto económico conjunto, dado que éste es un foro que exige que las decisiones se tomen por una unanimidad que ayer tampoco fue posible alcanzar.

Los presidentes autonómicos del PP animaron la mañana presentando un decálogo de propuestas dirigidas a dinamizar la economía a través del fomento del empleo. A media tarde, los socialistas respondieron un documento integrador que, según las primeras explicaciones dadas por fuentes del propio PSOE, pretendía concitar un grado de consenso que resultara suficiente para llegar a un diagnóstico común admitiendo buena parte de las propuestas populares. El presidente Zapatero aseguró después que recogía hasta un 80% de las propuestas del PP, quedando fuera únicamente la rebaja selectiva de impuestos y que hubiera una reforma laboral "similar a la acordada en 1997".

No obstante, los representantes de este partido terminaron absteniéndose, a pesar de los recesos forzados para buscar acercamientos, y a pesar de todas las conversaciones que acogieron los pasillos, por lo que la jornada se saldó con poco más frutos que la firma de una declaración institucional contra la violencia machista, el repaso de lo que será la presidencia española de la Unión Europea y la aprobación del nuevo reglamento de la Conferencia, según el cuál, las decisiones de la Conferencia de Presidentes tienen que aprobarse por consenso o, en todo caso, como recomendación por dos tercios de los asistentes y, en tal caso, sólo quienes las aprueben quedan vinculados por ella. Y todo esto, a pesar de que el documento presentado por el Ejecutivo contó con el respaldo del resto de representantes autonómicos: los del PSOE, Paulino Rivero, de Coalición Canaria, Miguel Ángel Revilla, del Partido Regionalista Cántabro, y Miguel Sanz, de UPN, que se marchó de la conferencia antes de la votación, pero había expresado previamente su apoyo al texto.

"Es triste, lamentable". Así reaccionó Zapatero en rueda de prensa, una vez cerrada la conferencia, al valorar la actitud mostrada ayer por el PP, que, en su opinión, se limitó a decir: "Yo no me mojo, yo me lavo las manos, ése no es mi problema". "He dicho: No quiero corresponsabilizarme de las políticas económicas de Zapatero, que se ha convertido en el campeón del paro", explicó la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre para justificar su postura y la de ss compañeros de partido.

Políticas activas de Euskadi Por su parte, el lehendakari, Patxi López, se sumó a los reproches de sus compañeros socialistas a la actitud mostrada por los presidentes del PP; sobre todo, subrayó, cuando PSE y PP han unido sus fuerzas en Euskadi en temas económicos como los que, reivindicó, recoge el plan Más Euskadi 2009. López aprovechó su visita a Madrid para volver a reclamar el traspaso de las políticas activas de empleo, retrasadas tras el acuerdo presupuestario de PSOE y PNV, pero preguntado por la respuesta de Zapatero se limitó a afirmar que que van a "negociar rápidamente". Su socio en el País Vasco, Antonio Basagoiti, le había apremiado a dejar de "lamentarse" por esta transferencia pendiente y "pelearla", pero el lehendakari sólo instó ayer al Ejecutivo central a que Euskadi pueda tener este traspaso "en el menor plazo posible".

Según explicó, López puso su acento en temas relacionados con la UE como el desarrollo de las redes transeuropeas, la puesta en marcha del AVE con Francia y que se refuerce la acción coordinada para dar seguridad de los arrantzales en el Índico.