Las divergencias por el poder de la Caja Vital han reactivado el enfrentamiento latente entre las filas socialistas y populares en Álava. O, mejor dicho, entre Txarli Prieto y el PP territorial. Y es que frente al desfile mediático de las críticas populares -en boca de Iñaki Oyarzábal, Alfonso Alonso o Antonio Basagoiti-, Prieto acoge en solitario el bombardeo dialéctico ante una Ejecutiva socialista que, de momento, se mantiene al margen de las andanadas.
Lejos de ser un caso aislado, la trayectoria sindicalista de Prieto ha chocado de frente contra las postulados conservadoras en varias ocasiones. Las tirantes relaciones se han repetido, aunque ahora con la notable diferencia de que estos partidos comparten alianza en el Parlamento Vasco. Ambos frentes insisten en que no se trata de un problema de "malas relaciones", aunque en la familia socialista no lo tienen tan claro.
El portavoz de la Ejecutiva del PSE, José Antonio Pastor, afirmaba todo lo contrario en una entrevista publicada por este periódico al ser cuestionado sobre la negativa de su partido -basada en la postura alavesa- a respaldar la moción de censura ansiada por el PP para desbancar al jeltzale Xabier Agirre del sillón foral y extender "el cambio" a la Diputación. Prieto recogió el guante y también respondió a su compañero de filas desde las páginas de DIARIO NOTICIAS DE ÁLAVA: "Lo diga quien lo diga no hay ningún problema de malas relaciones. Cada vez que llamo a Alfonso Alonso, a Iñaki Oyarzábal o a Iñaki Gerenabarrena, o cuando ellos me llaman a mí, siempre nos ponemos. Es muy fácil hablar entre nosotros".
De momento, el pacto rubricado al inicio de la legislatura parlamentaria ha salido indemne de estos avatares, aunque el compromiso inicial del PP para los cuatro años del mandato de López, ahora tienen nueva vigencia: 2011, año electoral.
el veto al pp Después de avalar las denuncias sobre las irregularidades en el proceso de elección de la cúpula de la Caja Vital, los tribunales deberán resolver ahora -posiblemente en marzo- el recurso en el que los socialistas defienden la corrección del proceso y la legitimidad de Gregorio Rojo al frente de la entidad financiera.
Un recorrido judicial que, según fuentes conocedoras del proceso, se podría haber evitado si Prieto no hubiese "vetado" la presencia del PP en el consejo de administración de la Vital. "Esto acabará cuando nos sentemos a hablar, porque en algún momento lo tendremos que hacer", apuntan desde el PP.
La reacción de los populares llegó el miércoles de la mano de su secretario general, Iñaki Oyarzábal, quien acusó al líder territorial del PSE de propinar "patadas" a la formación conservadora y no actuar en coherencia con la estrategia del "cambio" fraguada entre ambas ejecutivas. Txarli Prieto conoció el mensaje mientras celebraba una amplia reunión de la dirección del partido en Álava. Silencio. Optó por esperar. No fue hasta el día siguiente cuando elaboró un escueto comunicado en el que desligó el acuerdo de bases a la política de ambos partidos en el ámbito foral y municipal.
Y después de la réplica, la contra réplica, esta vez a cargo de Antonio Basagoiti, quien rehusó a comentar cuál ha sido la respuesta que sus demandas de mediación han obtenido en Lehendakaritza.
moción infructuosa Como antecedente al enfrentamiento actual de Prieto y el PP, la formación liderada por Basagoiti aseguró a mediados de año que el respaldo socialistas para desbancar a Xabier Agirre contaba con la "palabra" del lehendakari, a pesar de reconocer que este asunto no formaba parte del acuerdo de bases. Pero el supuesto compromiso no se llevó a cabo. Los socialistas alaveses rechazaron de plano retomar la senda iniciada en la era Rabanera y se opusieron al pacto.
El PP decidió correr un tupido velo y con el paso de las semanas la pugna por la Diputación de Álava comenzó a desaparecer de sus intervenciones públicas. Los populares asumieron que el dirigente jeltzale concluiría la legislatura al frente de la entidad foral y aplicaron la misma receta que esta semana repetía Basagoiti: "Ganaremos en las elecciones al señor Prieto".
Para analizar el primer encontronazo del secretario general del PSE con el PP debemos remontarnos a 2007. Los populares obtuvieron el mayor respaldo en las urnas -aunque con un estrecho margen sobre PNV y PSE-, pero no lograron catapultar a Javier de Andrés hasta el sillón foral ante la falta de apoyos. La unión del PNV con EA, frente el infructuoso intento de Prieto por alcanzar un acuerdo a la catalana con Aralar y EB, dejó solo al PP y elevó a Xabier Agirre al Palacio de la Provincia.
En un intento a la desesperada, Alfonso Alonso se personó en la sesión de investidura para negociar con Rodolfo Ares un apoyo que nunca llegó. Tan sólo unos días antes de esta cita, Prieto había asegurado que tenía "los apoyos necesarios" para ser el nuevo diputado general de Álava.