pamplona. Patxi Zabaleta recibió a este periódico el pasado jueves, día en el que Navarra se enganchó al TDT, donde no está ETB. "López se dejó comer la tostada por un extremista como es Sanz", advierte. Sin olvidar las elecciones navarras, donde confía en que los abertzales se conviertan en la primera fuerza, el coordinador general de Aralar presenta a su partido como la referencia de la oposición en la CAV.

¿Notan la responsabilidad en el Parlamento vasco tras su buen resultado electoral?

Nuestra obligación no es sólo la de demostrar que el Gobierno del PSE-PP niega el derecho a decidir y se coloca en unas posturas en las que no se respeta el ser de Euskal Herria, sino que también es un Gobierno de derechas, porque al PSE le pasa en la CAV lo que al PSN en Navarra, que para hacer común denominador con la derecha, y en ocasiones con la extrema derecha, las confluencias toman cuerpo en posiciones muy de derechas.

Aralar es la segunda fuerza de la oposición de López. ¿Es costoso el aprendizaje?

Somos la oposición de la izquierda. El PNV es la oposición del centro-derecha. Nuestra posición es diferente a la del PNV.

Han sido especialmente críticos con las Cuentas del año que viene.

Para nosotros son de derechas y no sólo son criticables porque los haga un Gobierno PSE-PP, sino por sus carencias sociales.

¿Entienden la postura del PNV en la negociación presupuestaria?

La estructura política de la acción del PNV no es una estructura de oposición. No ejerce la oposición. La oposición la está ejerciendo Aralar en la CAV y NaBai en Navarra. PNV y PSN son condescendientes con una opción política que tratan de impugnar en términos teóricos. Siendo el gobierno del PSE y PP de derechas y frentista, no transversal, Aralar no es partidario de olvidar a ningún sector del pueblo. No estamos para hacer otro frente.

¿Cómo califica los primeros meses de Patxi López como lehendakari?

No ha realizado cuestiones de fondo, ni siquiera en la economía, tampoco en el ámbito social, y mucho menos en el ámbito de los derechos democráticos. Y aquí coincidiríamos con el PNV, pero nosotros hacemos otra crítica que no hace el PNV. Creemos que es un Gobierno que hace constantemente concesiones a la derecha y el PP es el que le marca la pauta. Es un Gobierno cuyos contenidos prácticos son todos los de la derecha.

La E de los escudos de la Ertzaintza, que la selección española juegue en Euskadi,... ¿Necesidades de la sociedad o cortinas de humo?

El hecho de que Patxi López esté teniendo que hacer tantos gestos de tipo simbólico es consecuencia de que no está gobernando. Copia a UPN, que todos los días hace manifiestos de navarrismo. Y lo hace porque no hace en otros ámbitos lo que debe hacer.

¿Está cambiando la sociedad vasca como dicen López y Basagoiti?

Sí, pero en contra de ellos. Sin duda, un gobierno frentista como el de López, donde va a perder pronto apoyos es en las ciudades. Con una arrogancia propia de nuevos ricos, de nuevos posesores del poder autonómico, se permiten decir que en los ámbitos urbanos es donde más asentados están, pero aquí es donde están originado una sensación de estar defraudando a la gente. El balance del gobierno en estos siete meses es nulo.

¿Cree que los electores socialistas entienden el pacto con el PP?

El electorado de izquierdas, los miles de trabajadores y obreros que con una mentalidad de izquierdas votaron al Partido Socialista tienen que empezar a pensar que la izquierda la representamos otros. Que Aralar defiende con mucha más coherencia todos los postulados de las clases trabajadores, de la defensa del medio ambiente, todas las reivindicaciones de la nueva izquierda. Lo que en realidad hace el PSE es una política de derechas. Y se le están empezando a encender las luces rojas al Partido Socialista y al Gobierno de López.

¿Mientras López gobierne con los "populares" ve posibilidades de llegar a acuerdos con los socialistas?

Nosotros estamos en contra de la política frentista. El PP está marcando la pauta y el PSE se está dejando llevar.

¿Le preocupa el futuro del euskera en la CAV y Navarra?

El euskera tiene muchos desafíos por delante, también tiene muchos riesgos, pero estoy esperanzado. Eso no nos quita la responsabilidad de seguir para adelante. Si fuéramos a medir por lo que se ha aumentado en los ámbitos de la cultura y por el ensañamiento con el que persiguen al euskera sus enemigos, diríamos que vamos bien. Si vamos a mirar desde nuestra propia satisfacción, diríamos que aún nos falta muchísimo.

El lehendakari no tardó en reunirse con Miguel Sanz tras "aterrizar" en Ajuria Enea.

Sí, pero para qué. Lo que hicieron fue una especie de gesto. Una vez más, López hizo el gesto de unas palabras más o menos solemnes, firmó un protocolo que no ha servido para nada y hoy es la demostración.

¿Se refiere al "apagón" de los canales de ETB en Navarra?

Sí. López se dejó comer la tostada por un extremista como es Sanz. Hizo una política de gestos, tal vez porque no fue capaz de hacer una política de contenidos. Sanz hizo su política, la de extrema derecha, la política de conculcación de los derechos y de relegar a unos navarros frente a otros. ETB se está apagando en Navarra y el protocolo que han firmado sólo hace referencia a dos de las tres cadenas que se podrían emitir en Navarra si prevaleciesen los derechos humanos. Y uno de estos derechos es la libertad de expresión, conculcada por Sanz y no defendida como es debido por López.

Algunos acusan a López de hacer seguidismo de Zapatero. ¿Es buen ejemplo en el que fijarse el presidente español?

Zapatero se está acabando como imagen política y la imitación, en ocasiones mimética, que procura hacer Patxi López, es la imitación de una imagen en la que no hay políticas de futuro.

El Gobierno Vasco pretende lograr todas las transferencias pendientes, pero con las políticas activas de empleo ya ha saltado la primera polémica.

Esta historia defectuosa se ha querido utilizar como si fuera un logro. Navarra ya las tiene y se demuestra que las políticas activas de empleo no son la panacea y que tienen que ir acompañadas de una serie de capacidades en la normativa, que no tiene Navarra y no va a tener la CAV.

¿Cree que sería necesaria una reforma estatutaria?

Es absolutamente imprescindible, porque los estatutos, tanto de la CAV como de Navarra, van para treinta años, están obsoletos, no dan soluciones a un montón de problemas y se han demostrado ineficaces en otros. Y falta un derecho democrático, que es el derecho a decidir.

¿Qué formula de gobierno para el futuro le gusta más? ¿PSE+Aralar o PNV+Aralar?

Euskal Herritarrok era la tercera fuerza en el Parlamento vasco, más que el PSE. Y EH no tocó techo. Nosotros pensamos que la pacificación en esta tierra y una normalización política originaría una nueva situación en donde el mayor espacio social del cambio es la izquierda abertzale exclusivamente política, que pretende promover Aralar, es un espacio llamado a ser mayoría. Por lo tanto, nosotros no nos vemos segundos de ninguno.

Según las encuestas, UPN se verá obligado a buscar el apoyo del PSN para repetir gobierno. ¿Habrá acuerdo?

El PSN está gobernando para Sanz, pero eso no va a permanecer. Es posible que los números den una vez más la mayoría a UPN y PSN, pero es posible que no. El mundo abertzale tiene que aspirar a ser la primera fuerza y estamos en puertas.

¿Qué tal están las relaciones dentro de NaBai?

Las relaciones están bien, porque son efervescentes. Es evidente que tiene que haber una mayoría que dirija la coalición, que de alguna manera responda a lo que socio-electoralmente se corresponde con NaBai: una apuesta por el derecho a decidir y propuestas progresistas.

No se han cortado en hacer públicas las diferencias.

Era nuestra obligación. Creemos que ahora estamos en la resaca de esa especie de envido. Estamos hablando con el resto de partidos e intentando asentar las bases de un futuro que tiene que aspirar a ser la primera fuerza de Navarra.

¿Qué tal es la relación con el PNV?

Nuestro entendimiento con el PNV tiene que ser leal y claro. En Navarra, en el centro-derecha, que es el espacio que ocupa el PNV en la CAV, existe un inquilino que es UPN, aunque con rasgos extremistas. Pero hay un espacio de una izquierda plural donde nuestras posibilidades de crecimiento son claras.

¿Se han planteado acudir en solitario a las elecciones navarras?

Es una realidad que no nos da miedo. Pero tenemos la responsabilidad como primera fuerza abertzale en Navarra de que exista una posibilidad real de cambio.