barcelona. La capilla ardiente del ex ponente constitucional y ex ministro de Cultura Jordi Solé Tura, instalada en el Palau de la Generalitat desde la tarde del sábado, cerró sus puertas a las 12 horas de ayer con la visita de más de 7.000 personas, que se acercaron a dar su particular homenaje al que fue padre de la Constitución. A la hora del cierre todavía quedaban visitantes haciendo cola que no pudieron acceder al salón Sant Jordi del Palau, donde la viuda y el hijo de Solé Tura saludaron personalmente durante toda la mañana a quienes se acercaron para dar el último adiós al político.
Pocos minutos después del mediodía, el féretro de Solé Tura abandonó la Generalitat para ser trasladado al tanatorio de Sant Gervasi, donde estaba previsto un funeral íntimo y privado por deseo de su familia. Numerosos representantes políticos visitaron hoy la capilla ardiente, entre ellos la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, y el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, quienes dieron un sentido pésame a los familiares.