estoril. Porfirio Lobo, candidato del Partido Nacional, es el virtual ganador de los comicios electorales celebrados el domingo en Honduras al haber obtenido el 55,7% de los votos al 62% del escrutinio. De hecho, Lobo fue ayer formalmente felicitado por varios países, entre ellos Estados Unidos, como el futuro presidente de Honduras aunque la legitimidad de su victoria ha sido puesta en duda por los presidentes de diferentes países latinoamericanos. De hecho los comicios en Honduras centraron los debates en la XIX Cumbre Iberoamericana que se inició ayer en Estoril (Portugal) donde se intenta, por ahora sin éxito, conciliar las divergentes posturas sobre la legalidad de unos comicios que tampoco acepta Manuel Zelaya, el legítimo presidente hondureño depuesto por un golpe de Estado el pasado mes de junio.

La validez de la cita electoral del domingo divide a los participantes de este encuentro entre los países que reconocen el proceso y sus resultados y los que no respaldarán a Lobo. Portugal, como anfitrión de la reunión, ha aceptado la tarea de intentar redactar un documento de consenso, aunque su ministro de Asuntos Exteriores, Luis Amado, reconoció que existen "dificultades". Colombia, Panamá y Costa Rica han reconocido ya las elecciones hondureñas, mientras Argentina, Bolivia, Brasil, Uruguay, Ecuador, Nicaragua, Cuba y Venezuela (este último no representado en la Cumbre de Estoril) están en contra de legitimar los comicios.

Por su parte España, que en junio condenó el golpe y exigió la restitución de Zelaya, aboga ahora por un "gran acuerdo nacional" en Honduras como único camino para lograr una "paz democrática" en ese país, según dijo en su intervención Zapatero, aunque evitó aclarar si su Gobierno respaldará o no los resultados electorales. El mandatario español (acompañado del Rey Don Juan Carlos) aprovechó la cumbre para mantener un encuentro bilateral con su homónimo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y ambos defendieron que se dé tiempo a los propios hondureños para que aborden la vuelta al orden constitucional en este país.

No se rinde Quien sí que no aceptará reconocer los resultados del domingo será el depuesto presidente Manuel Zelaya quien insistió en reclamar la nulidad de estas elecciones en que la abstención, según él, superó el 60% (el Tribunal Supremo Electoral de Honduras la rebaja al 38,7%). "Ni restitución para legitimar el golpe ni para avalarles un proceso que está totalmente viciado de nulidad", subrayó Zelaya en declaraciones a una cadena radiofónica desde su refugio en la embajada brasileña en Tegucigalpa. "Yo me voy a encargar de sacar los datos alcaldía por alcaldía", dijo, al subrayar que "todo el pueblo sabe que las votaciones bajaron" y "sin embargo ellos dicen que hay 600.000 votos más" que en la última cita. Además Zelaya insistió en que los comicios se desarrollaron en una Honduras con la población "aterrorizada y sin libertad".