l mes de septiembre es el de los regresos por excelencia, como si un año nuevo comenzase justo al finalizar agosto. Vuelta al trabajo, al colegio, a la actividad, a ver las caras conocidas de siempre... Con la pandemia aún amenazante, el regreso aún no se acerca a la normalidad deseada, pero esa meta está cada vez más cercana. Si volver es una alegría, ver que actividades que hace año y medio eran cotidianas en nuestras calendarios se van reactivando es de una importancia suprema. Poco a poco, los primeros pasos se van dando. Los aficionados ya han vuelto a Mendizorroza y en breve lo harán al Buesa Arena, los conciertos comienzan a ser una realidad y a la vuelta de la esquina tenemos ya la edición especial del Azkena Rock Festival, la programación cultural de Vitoria se reactiva con eventos muy reconocibles que ya esperan a su público y todas las actividades, en general, van ganando en aforo. El tránsito que queda por delante para la normalidad se presume todavía largo y está por ver qué de lo que conocíamos sigue siendo igual y qué otras cosas han cambiado para siempre. De momento, hay que darle el valor que merece a que, poco a poco, vayamos recuperando las vidas que teníamos y que esta vuelta se asemeje un poco más a las que conocíamos.