a vuelto mi compañero Jose Luis de vacaciones y ya tengo sobre la mesa su tradicional repaso de todos los locales que van a abrir en Vitoria. Del listado, me llama poderosamente la atención el nuevo impulso que la hostelería está tomando en la ciudad a pesar de que las condiciones son de todo menos idóneas para meterse en semejantes embolados. El número de locales que se han reformado o estrenado en los últimos meses es muy significativo y el goteo continúa. A pesar de todos los bofetones recibidos durante una pandemia en la que la hostelería ha sido poco menos que el diablo con rabo, es de alabar el valor que tienen para tirar para adelante y emprender nuevos proyectos en un momento de tanta incertidumbre. Con el coronavirus, la cosa anda últimamente mejor, pero ya nos advierten los expertos que esto no se ha acabado todavía. Y las mayores restricciones siguen teniendo a bares y restaurantes como protagonistas, con el riesgo de que si los datos empeoran van a ser de nuevo los grandes damnificados. Y eso sin contar con un futuro incierto, ya que no sabemos si salir a potear, comer o de copas va a ser como era o muy diferente. Pero ahí están los hosteleros vitorianos, veteranos y noveles, ofreciéndonos sus espacios para la convivencia. Mi aplauso para ellos, por su valor y determinación.