oy he caído en la cuenta de que no he visto aún nada de los Juegos Olímpicos que se celebran en la capital japonesa. Sí es cierto de que me informo puntualmente de las hazañas de unos y otras a través de las diferentes plataformas de DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA. Sin embargo, la tradición dictaba que había que echar varias tardes desparramado en el sofá observando las evoluciones de los clavadistas de saltos de trampolín, los recorridos a lomo de corceles de excepción en el certamen de doma clásica, el cruce de reveses y globos liftados de pimponistas asiáticos o las jugadas verticales de un partido de hockey hierba femenino entre Pakistán y Nueva Zelanda sin más ánimo que pasar el rato y, si acaso, como excusa para hidratarse con un par de cervezas y para darse un pequeño homenaje culinario con unos picatostes. Supongo que aún estoy a tiempo de reengancharme a semejante festejo, ya que hasta la fecha, disfrutar de una cita deportiva de este calado en la televisión era un plan ineludible y fuente, por otra parte, de comentarios y chascarrillos para las conversaciones de barra de bar. Ahora bien, dado que el covid impide consumir acodado en el mostrador hostelero de referencia, muchas de las tradiciones pierden su fuste y su sentido...