e de reconocer que Josean Querejeta no deja de sorprenderme pese a que desde tiempos inmemoriales soy consciente de lo que es capaz. Este humilde juntaletras que redacta estas líneas lleva muchos años siguiendo su trayectoria y aun así hay ocasiones donde me deja perplejo con esa asombrosa facilidad para sacarse conejos de la chistera. Al margen de que con Alfredo Salazar a su lado todo es más fácil, pocos gestores como él son capaces de reconstruir una plantilla con tanta facilidad y levantar el ánimo de la tropa. Podrá salir bien o mal porque luego entran muchos factores en juego, pero el lazkaotarra ha vuelto a rescatar de la depresión a una afición que veía las orejas al lobo y estaba sumida en el desencanto tras la marcha de los principales iconos del equipo. En una semana, los nombres de Matt Costello, Vanja Marinkovic -el extaronja es quien más dudas me origina, aunque en las manos de Ivanovic quizá explote como jugador-, Simone Fontecchio y Wade Baldwin IV. Ahí es nada. Fichajes a golpe de talonario, es cierto, pero seguro que también había por detrás algún Fenerbahce, CSKA o Armani peleándose por sus servicios. Con sus imperfecciones, conviene sacar a la palestra otra vez que el Baskonia sigue al pie del cañón con él en la presidencia.