a a ser cierto eso de que cuando una docena de puertas se cierran se abre una ventana. Llevaba Pedro Sánchez una especie de primavera horribilis, encadenando obstáculos, charcos y malas noticias de y para su gestión y mira tú por dónde, que le viene un rayito de luz desde Catalunya, quién lo iba a decir. Rayito, tampoco nos pasemos, pero el apoyo que prestó ayer Oriol Junqueras vía carta a los indultos y su reiteración de que la vía unilateral "no es viable ni deseable" da un poquito de aire al Ejecutivo en el melón de los indultos del procés, que volverán a reunir en la madrileña plaza de Colón a PP, Ciudadanos y Vox. Fotos como esta le vinieron bien a Sánchez en el pasado, veremos en este caso pero no tiene pinta. Mejor le ha ido la noticia de la imputación de María Dolores de Cospedal en el caso Kitchen, sacudida para un Pablo Casado que todavía levitaba con el rebufo del triunfo electoral de Isabel Díaz Ayuso. Se empeña Casado en silbar mirando para otro lado jaleado por sus huestes pero, como dijo Mariano Rajoy, un plato es un plato y un vaso es un vaso, por mucho que uno se empeñe en lo contrario. Mientras tanto, sobre Sánchez sigue planeando el conflicto con Marruecos, ahora en versión Operación Paso del Estrecho, o el conflicto con las CCAA sobre la desescalada que ya está en los tribunales (también). Continuará.