oca felicitar a las Gloriosas por haber conseguido el ascenso a Primera División tras una temporada impecable, pero también hay que darles las gracias por habernos brindado la alegría deportiva del año. Me complace comprobar que todo el trabajo que han realizado en los últimos cuatro cursos las chicas, que al final son las verdaderas protagonistas de esto, ha tenido recompensa, pero la mayor satisfacción es que cada vez se hable más de las Gloriosas por las calles y los bares de Vitoria. El ascenso en un éxito enorme, sí, pero aunque no lo hubieran conseguido su temporada habría sido igualmente digna de aplaudir. El Alavés ha llevado el fútbol femenino provincial, antaño reducto de familiares, amigos de las jugadoras y un pequeño grupo de afines al fútbol humilde, a la gran pantalla, algo inimaginable cuatro años atrás. Hay que atribuirle mérito al Glorioso, pero también a la Federación y a todos los pequeños clubes de la provincia que han apostado por ellas. Sin el trabajo del Gasteizko Neskak las Gloriosas no estarían aquí. Tampoco sin los años de formación en el Aurrera de Ane Miren, que marcó uno de los goles del ascenso. Ojalá este éxito anime a más clubes a apostar por el fútbol femenino y a más alavesas a practicar este maravilloso deporte.