unque la pintada en el exterior del museo de naipes desapareció hace ya un tiempo, en nuestro querido templo del cortado mañanero todavía se recuerda aquella frase para la posteridad que alguna mente del bien o del mal, quién sabe, escribió allí y que algunos de los jóvenes del local consideran que debería estar a la entrada de la ciudad : patata da bide bakarra! A los viejillos les gusta más aquello de que donde no hay mata, no hay patata, que suele ser una frase que aplican sobre todo al mundo de la política. Un ejemplo lo estamos viviendo estos días a cuenta de un cartel satírico sobre la policía municipal de esta capital artificial, que cantaban los Potato. Resulta que alguien se ha molestado y lo ha denunciado. La primera consecuencia de esa denuncia es que hace unos días ninguno de los viejillos del bar conocía de la existencia del cartel. Hoy, gracias a la política de turno, todos se lo saben de memoria. La segunda es que los viejillos han querido ver los vídeos de la actuación policial que originaron la realización del cartel. Hoy, gracias a la política de turno, todos se saben las imágenes de memoria. La tercera es que hacía tiempo que en el bar no se hablaba de la censura en los tiempos del dictador, de los grises y de esos tiempos que parecían olvidados. Pero hoy, gracias a la política de turno, en ello andan.